743 [Flynn Rider X Hermanos Stabbington]

02

Abandonar la mesa fue difícil. Es realmente difícil si no paran de besarse para ir una de las habitaciones del lugar.

Ciertamente, Eugene no esperaba que Patch- Ivar fuera alguien tan besable, ni mucho menos el que evitará que se alejaran demasiado después de cada beso. Por otro estaba Ron, viéndolos desde el frente, casi parecía imperturbable.

Así que sí, abandonar la jodida mesa fue difícil. En realidad, es un gran borrón el cómo llegaron a su habitación, ¿o era la de Ron? No importa, ahora sí hay un poco más de privacidad. Tampoco es como si le molestara besar a unos de esos hermanos frente a otras personas, pero cuando se trata de más prefiere la mayor privacidad posible.

De alguna forma termina encima de Ron, después de que Ivar haya decido dejarlo e ir a buscar algo entre las pocas pertenencias que tenían; el Stabbington mayor era todo músculos y poder (a su forma), estar en su regazo hacia las cosas diferentes. Dudo un poco en besarlo, pero ya estaban aquí.

Besar a Ron era totalmente diferente a Ivar, el Stabbington menor era un poco más apasionado, con languidez y lentitud placentera, Ron, por un lado distinto era rudo, pasional, pero rudo y con jodidas ganas de tocar.

Ambos eran experiencias totalmente distintas. Eugene está comenzando a ansiar más.

Una de las manos de Ron rodó hacia sus cintura, jugando con su cinturón. Por el rabillo del ojo vio a Ivar moverse, con frasco en sus manos, Eugene está seguro de lo que es; siente su cuerpo estremecerse, Ivar está detrás de él, con el pecho en su espalda y labios ansiosos en su cuello. —Ivar- — tiembla, sintiendo los distintos toques de los hermanos.

—Shh, recién estamos empezando— murmura Ivar en su oído, dejando un rastro de besos.

Le quietan la ropa, tan lento que es una tortura. Ron atrapa uno de sus pezones tan pronto desaparece su camisa; nunca espero sentirse tan excitado por la boca de Ron mordisqueando y chupando allí, suelta un suspiro tembloroso.

Su pantalón desaparece y la diversión empieza.

Ron envuelve su mano en su pene liberado, es rudo y aprieta con gusto para sacar gemidos suspirando de Flynn. Se deja caer hacia atrás, donde Ivar lo atrapa, besando su cuello.

Su corazón martilla, cada toque se sentía como fuego sobre su piel y lo amaba. Ron posó su boca sobre uno de sus pezones, nunca esperó que fueran una zona erógena para su placer. Él chupa, mordisquea y besa alrededor; por otro lado Ivar comienza a bajar sus manos hasta su trasero, es entonces que Ron se recuesta más, dejando a Flynn sobre, aún divirtiéndose con sus pezones.

El aceite está frío, lo hace estremecerse una vez caer sobre sus nalgas. Ivar las ha separado dejando expuesto su agujero, parece divertirse, masajeando alrededor y presionando sus nudillos sobre el agujero fruncido.

Suelta un grito, su pene está haciendo fricción con el de Ron, ¿a que hora se deshizo de sus pantalones? No importa, el nuevo calor es impresionante, apretando entre sí.

Por otro lado, Ivar comienza a meter un dedo en su entrada, probando hasta el nudillo y besando su espalda pidiendo pacientemente que se relaje. Pasa pico para que dos se vuelvan poco, presionando gustosamente en su interior; Ivar abre sus dedos, viendo con deleite como se abre.

—De- Debes parar Ron— Gime, Ivar ha agregado otro dedo más está vez masajea más y presiona un punto que Flynn rara vez había explorado en sus desoladas noches.

—¿Vas a venir?— pregunta Ron desde abajo, sin soltar el pezón que mordisquea.

—Ahg-

—Ven

Ivar sigue presionando en ese punto y Ron ha aumentado la velocidad de su mano. Se estremece.

Ni siquiera se da cuenta cuando ha acabado, formando un pequeño charco entre su vientre y el de Ron, lo hace cuando Ivar empuja su pene dentro, es una nueva experiencia y su propio pene está comenzando a levantarse de nuevo.

Besa a Ron de forma desordenada. Todo dientes y saliva por todos lados; con Ivar presionando ese punto otra vez no puede concentrarse demasiado.

El sonido es ensordecedor, húmedo y desorganizado. Flynn ni puede creer los sonidos que se escapan de su boca.

—Por favor, por favor— grita. Ivar no para de estimularlo y la forma en la que su pene es grueso y largo es deliciosa, lo abre bien y cada embestida que da sigue dando en ese punto que lo hace delirar.

—Más~ oh, dios.

Ron se ríe —Dios no, Ivar.

Es arrastrado hacia atrás, acomodados para quedar ahora encima de Ivar. Lo está cabalgando, se da cuenta con retraso, Ron lo ayuda a levantarse y dejarlo caer devuelta. Es más profundo así. Necesita más.

—Ivar, por favor.

Va más rápido. Siente su orgasmo cerca, y el ritmo indica que Ivar también lo está.

Está apunto de hacerlo. La mano que se aprieta en la base de su pene se lo impide cuando Ivar presiona profundo y se derrama en él.

—Aún no— es Ron, susurra en su oído.

Él lo levanta, como si no pesará nada y lo acomoda en su regazo. Su pene se clava en el fondo, tan grande como Ivar.

Y lo folla duro, rápido.

Todo es borroso después, con las palabras acaloradas de Ron en su oído o la mirada penetrante de Ivar.

Bien, no es una mala noche.