El nuevo Tomioka Giyuu (Kin no tamamushi giyuu)

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Narrador:

Había llegado tarde, lo sabía al ver los destrozos del lugar, se acercó al "tren" o bueno lo que quedaba de este, no o lejos pudo escuchar el ruido de las espadas y la pelea.

Tomo el mango de su espada al escuchar pasos acercarse a su posición, no estaba seguro de quién era, pero la cabellera rubia que se acercaba hacia el a una velocidad rápida, hizo que lo reconociera.

– Zenitsu?...–  murmuró con un poco de curiosidad, cuando fue abrazo por el lloroso adolescente, no quiso preguntar más, solo concentrándose en intentar "consolar" al rubio, apoyando su mano en su hombro, que para Tomioka era mucho para el. – Donde están los demás?–

Un poco de silencio se hizo entre ellos dos, hasta que el menor luego de lograr tranquilizarse, respondió.

– Están más adelante, El señor Rengoku... El...– no logro terminar, cuando noto la ausencia del mayor, giro su vista hacia todos lados buscándolo, pero no había rastro de el.

La pelea entre Akaza y Rengoku ponía mucha tensión en el ambiente, aún así eran capaces de sentir que el cazador no estaba dispuesto a perder, no solo por qué se sentiría humillado al perder, no quería acabar en una situación similar ala de Tomioka. En un desliz que casi lo manda con la muerte, o eso pensaba ya que en menos de un parpadeo el brazo de la tercera luna superior cayó el suelo, dejando sorprendidos a ambos, que no habían sentido la presencia del nuevo pilar en escena, Akaza sintió el peligro desde su posición y se alejo lo más rápido posible, guardando distancia con el pelinegro. Ambos rápido se pusieron en posición, dejando al heredero de los Rengoku de lado.

A una velocidad que sobrepasaba las habilidades humanas, ambos individuos peleaban mano a mano, Tomioka se negaba a usar su espada, aprovechando su habilidad que permitía cubrir sus manos con un casi imperceptible manto negro, protegiendo sus manos, mientras se dedicaba a golpear los puntos débiles del demonio. De un salto alto, akaza esquivo el derechazo de Tomioka,pero no espero que el cazador agarrara su tobillo para acto seguido estrechar lo contra el piso, que apesar de todo, logro hacer que el demonio sangrara y debajo de este quedé una especie de cráter.

No dejo que se recuperara, ya que Tomioka no estaba para perder el tiempo, lo agarro firmemente de sus piernas para atraerlo hacia el, el demonio intentaba escapar pero sus intentos eran inútiles cuando el cazador lo agarro de la cabeza, manteniéndolo en el lugar, mientras la rodilla de tomioka estaba sobre la espalda de akaza manteniéndolo quieto, este se sentía débil, como si le quitaran la fuerza de su cuerpo, se sentía inútil y humillado, más siendo que quien llego a derribarlo no sea aquel de cabellos parecidos al fuego.

– últimas palabras ?..– logro oír la voz neutra de quién lo mantenía acorralado, enserio sería su final?, tras la larga espera, el cazador volvió a hablar. – espero consigas descansar en paz..–

Fue lo último que escucho, antes de ver la espada del cazador y luego de eso.... Ser libre?, así lo sintió cuando su cuerpo desaparecía en pequeñas partículas blancas. El joven akaza o mejor dicho hakuji, abrió los ojos encontrando se en un lugar completamente blanco, que a lo lejos tomaba pequeños colores y a paso que daba se encontraba con un hermoso paisaje y una casa tradicional. Una mujer joven a quien hakuji no logro reconocer.

– oh, hakuji, ya regresaste – la suave sonrisa y voz de la joven parecía acurrucarlo en un suave manto, ese era el paraíso?, si era ese, le agradecía a aquel extraño cazador por llévalo ahí.

– lo siento por hacerte esperar, koyuki..– el nombre salió por si solo, mientras se acercaba a ella, para tomar su mano, y ambos ir a adentro de la casa...

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Tomioka solo vio desaparecer ala ahora fallecida luna superior en completo silencio, que fue roto cuando los gritos de los adolescentes que veían al pilar de la llama caer desmayado al suelo, mientras los kakushi lo levantaba para llevárselo directo a hacer atendido. Uno de ellos se acercó a Tomioka, para poder brindarle de su ayuda.

– puedo solo – dijo, notando las intenciones del kakushi.

– pero..– antes de terminar, fue completamente ignorado por el pilar, quien solo a pasos tranquilos, seguía al kakushi que llevaba a Zenitsu.

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