12 de Febrero del 2024.
Ya casi se cumple una semana que no te hablo, y dos días de que te bloqueé de todos lados.
Mis amigas dicen que es lo mejor, y yo solo pienso en lo mucho que me gustaría volver a tenerte a mi lado.
¿Tú te estás sintiendo igual que yo?
¿O no te sientes nada vacía al tenerme lejos de ti?
Dicen que amar es humillante, pero amarte a ti está siendo inaceptable.
No sé qué extraño de ti, a decir verdad, me lo preguntó todos los días.
No sé si son tus palabras reconfortantes cuando mi vida era una pesadilla, o tus lindos ojos cafés que creí que solo me miraban a mí.
O tal vez es esa forma en la que me hacías reír sin parar cada que estaba a tu lado, o lo cómoda que me sentía conversando.
Probablemente estés leyendo esto, como probablemente ni siquiera sepas algún día ni la mitad de todos mis pensamientos.
Me fui con el amor intacto, con el corazón en las manos al darme cuenta que simplemente no era para ti, que no valía la pena seguirme desgastandome contigo, ni tú tampoco conmigo.
Pero si ya sé eso ¿Por qué me cuesta dejarte ir?
Y es que, contigo me sentía como con nadie lo hice, me sentía segura, comprendida, amada, me sentía plena en todos los sentidos.
Pero además de eso, estaba enamorada de ti como nunca lo he estado de nadie, de cada parte de ti.
¿Qué se supone que haga ahora con todo esté amor que me quedó? ¿Lo desecho? ¿Lo guardo? ¿Lo olvido? ¿Te olvido?
Mis amigas ya están algo cansadas de escuchar de ti, y es que no las juzgo, están igual o más decepcionadas que yo.
Pero ¿Sabes algo? Tampoco te juzgo a ti, ni a tus acciones, ni a tus decisiones, porque al final del día, solo erámos dos niñas aprendiendo amar.
A la única que juzgo, es a mí, por haberme permitido amarte, darte todo lo que estaba a mi alcance, para que luego me destrozarás como si fuera cualquier pedazo de carne.