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───── OMNISCIENTE!
Rory se despertó de mala gana al escuchar como una fuerte alarma sonaba desde su celular. Lo miro por un momento y se volvió a acostar en la cama. Tardó algunos segundos en recordar dónde estaba y el porqué. Sin embargo, se levantó con rapidez al ver que podía llegar tarde a su primer día de trabajo.
Camino hasta el baño para tomar su cepillo y peinarse, luego se lavó los dientes y terminó su rutina al lavarse la cara. Cuando terminó fue a la cocina, abriendo la heladera y arrepintiéndose totalmente de no haber ido a un supermercado el día anterior. La chica suspiró mientras tomaba un poco de jugo de naranja.
Comenzó a tomar el jugo mientras desbloqueaba su celular para escribirle un mensaje a su hermano menor. «Buenos días, Chrisss. ¿Cómo te trata la vida? », escribió en su celular. Al ver que todavía era temprano, a Rory siempre le ha encantado caminar. Por lo que creyó que sería una buena idea ir al set de grabación a pie.
Se cambió de ropa para ir directamente hacia la puerta, tomó la cartera y salió del departamento para llegar a la puerta del departamento de enfrente. La chica tocó la puerta con cuidado mientras ansiaba que su compañero estuviera despierto.
Por otro lado, Mason se despertó al escuchar cómo algunos golpes sonaban en la puerta de su departamento, abrió los ojos y caminó como si casi se tambaleaba a cada lado, intentando no caer en el proceso. Mientras la puerta se abría, en el radar de visión de Rory apareció un somnoliento chico.
—Hola, Rory —dijo el chico mientras dejaba la puerta abierta — ¿Necesitas algo?
—Hola, en realidad sí. Estoy por irme caminando al set de grabación, ¿quieres venir? —preguntó la chica dedicando una pequeña sonrisa.
—Lo lamento, Rory, pero acabo de despertar —le respondió el chico—. Te prometo que mañana te acompaño.
—Bueno, no te preocupes. Nos vemos en un rato —dijo Rory con una sonrisa haciendo que el chico se la devuelva. La chica se dio vuelta y comenzó a caminar.
—Rory —la detuvo Mason —. No voy a permitir que vayas sola en un lugar que todavía no conoces, pásame tu número por si sucede algo.
—Claro —dijo la chica mientras le entregaba su celular.
Luego de que los dos chicos lograran intercambiar números, Rory se despidió con la mano para salir del edificio. La dirección estaba en su celular, por lo que caminaba lentamente con sus auriculares prendidos en sus oídos. Dejando que la música la envuelva.
Rory se sumerge en un mundo de notas y melodías que lo envuelven como un cálido abrazo. Cada acorde parece tejerse cuidadosamente alrededor de su ser, formando una sinfonía que se entrelaza con sus emociones más profundas. La música se convierte en un eco de sus pensamientos, resonando en cada fibra de su ser.
