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───── OMNISCIENTE!
Por primera vez en varios días, las risas eran constantes de camino al estudio de grabación. Rory y Mason se la pasan bromeando sobre sus propias líneas, cada vez que alguno hablaba, simulando un acento italiano mal pronunciado, las sonrisas volvían.
La directora sonreía levemente al ver que había una química entre ellos, pero no parecía ser una de romance, sino una más de amistad. Cuando el auto se detuvo, ambos chicos se bajaron del auto.
—Rory, Mason —los llamó uno de los productores con una gran sonrisa.
—Hola, señor —saludo Rory con la mano, robándole una sonrisa al hombre.
—Hoy comenzamos con los ensayos del baile clásico, así que vayan a ponerse algo más cómodo —dijo el hombre, ambos chicos asintieron con la cabeza y comenzaron a caminar hasta llegar a los camerinos.
—Nos vemos luego —saludó la chica entrando al camerino, viendo como una chica la esperaba con una sonrisa.
—Hola, señorita Favole ¿Cómo se encuentra? —preguntó la chica.
—Hola, mucho gusto, solo dime Rory —dijo la menor, dedicando una sonrisa.
—Perfecto, Rory. En el sillón te dejé ropa más cómoda para que empieces el día, ya regreso te trae un poco de fruta —dijo la mujer, antes de salir del lugar dejando a Aurora sola.
La chica miró la ropa antes de tomarla y dirigirse al baño para cambiarse, salió del lugar con una pequeña sonrisa, dejando con la ropa que había venido doblada en la silla. Miro el reloj que tenía en su muñeca para darse cuenta de que tenía que apurarse.
La chica llegó rápido hasta el espacio, justo estaba por comenzar la clase. El profesor recién había llegado, Rory agradeció no haberse perdido. Era un sitio bastante lindo, no estaba techado, al contrario, era como estar sobre el pasto. Solo que tenía piso y paredes, todas las paredes estaban hechas de vidrio, dejando ver el campo de los Walter. La única, que no era de vidrio, era la pared más grande y era un gran espejo en donde se podía ver reflejado todo el cuarto. Mason llegó en el momento justo para ponerse a compartir unas palabras con la joven antes de comenzar.
—Miras mucho esa casa, ¿allí vive tu enamorado misterioso? —preguntó Mason con gracia, al ver que su amiga no podía quitar la vista de la casa color amarilla.
—¿Ya vas a empezar de nuevo? —preguntó Rory con una sonrisa.
—Solo dime su nombre y te prometo que te dejaré en paz con él —respondió el chico.
—No, ya basta. Dudo volver a verlo, además —dijo la chica, recostando su espalda en una de las ventanas. Su mirada pasó al profesor de baile, quien hablaba con la directora como debería ser la coreografía.
—Yo creo, sinceramente, que lo volverás a ver —dijo Mason, mientras miraba a una amiga con una sonrisa —. Además, si no escucha mal, alguien le dio su libro favorito "que no compraría uno nuevo por nada del mundo".
