Cuando menos pude esperarlo me encontraba arropada con una sabana, mi cuerpo desnudo lleno de marcas, algunas dolorosas otras simplemente horrosas. Mientras por mi mente pasaban miles de recuerdos y aquellos traumas volvían como si fueran ayer, volvia a sentirme sucia y sentia como si fuera infiel aunque todo fue hecho sin mi consentimiento y en mi contra.
Pasaron unos días y tuve que empezar a acostumbrarme a estar cerca de Hernán en lo que pensaba en formas de escapar, claro que lo intente una vez y no salió nada bien, termine encerrada en aquella habitación a la cual nunca quise acercarme por unas buenas horas sin querer comer nada que sea hecho por el.
Cuando desperté en esa habitación lo primero que hice fue taparme la boca y aguantarme las nauseas. Como podía estar tan tranquilo teniendo un cuerpo en posible descomposición en su sótano y por lo que pude ver era el cuerpo de una mujer, cuando salí de ese cuarto no permití que el me tocará de ninguna manera por unos momentos, aunque luego lo hizo de todas formas.
Sólo podía estar hay haciendo los deberes del hogar y viendo como en las noticias se anunciaba mi desaparición, claro que Hernán salía durante el día y regresaba en la noche así que durante esos momentos me planteé buscar formas de comunicación y maneras diferentes de escapar cuando el no estaba o mientras dormía pero cada día era mas difícil intentar salir de esa casa. Y aunque la ventana del baño fuera una buena opción no era una buena idea romperla, era la unica que cristal libre ya que las otras eran de cristal pero tenian barillas (palo de metal) por lo tanto no podria escapar por hay.
Pero tambien estaba demasiado alejada de la gente no habían pueblos cerca solo bosque, un profundo bosque que sólo por el día quizás tenía salida. Era arriesgado y peligroso pero era más preferible morir hay que seguir sufriendo alguna violación o más golpes por parte de ese imbécil, claro que ante eso no me iba a quedar de brazos cruzados ya que llegue a defenderme varias veces aunque el tuviera más fuerza física que yo.
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Los meses pasaron y las cosas estaban cada vez más difícil, sentía mi cordura irse con el pasar de los días, cada vez que el venía borracho ocurrían dos cosas. O me violaba o yo lo noqueaba, una de dos y mayormente recurría a la segunda opción para mantenerme más tranquila ya que pocas veces llegaba a golpearlo en la cabeza, aunque quisiera matarlo por todo lo que me hizo no estaba tan loca como el.
Ocurrió un día en el que me cansé y de alguna u otra manera mientras el no estaba deje todo apagado y rompí la única ventana de cristal con un sartén la cual daba al exterior y estaba en uno de los baños. Cuando logré salir simplemente camine un poco sintiendo el aire y viendo todo a mi alrededor como si llevará años encerrada/secuestrada en puro cautiverio con un psicópata que según me cuidaba.
Recordé el hecho de que el volvería temprano a la casa y tome el sartén con el cual rompí la ventana y el cual no deje dentro de la casa y empecé a correr con todas mis fuerzas sin detenerme, sin parar en ningún momento ignorando que mis pies descalzos se lastimaban al correr, claro que iban a doler cuando me detuviera para un simple descanso.
En mi mente solo resonaban las palabras: "Corre y no mires atras. El vendrá a buscarte si te detienes ahora es tu final. El te matará como a aquella mujer." Pues descubrí que aquella mujer fue una de las ex-novias de el con la cual me engañó en un pasado. El la asesinó porque ella notó comportamientos extraños en el hasta que el llegó a agredirla e incluso violarla y sabrá Dios que otras cosas más le hizo y ella lo denunció.
Si por una denuncia le hizo eso, no quiero ni imaginar lo que podrá hacerme a mi solo por escapar. Pero hare que de alguna u otra manera se pudra en la cárcel, haré que sufra y pase un infierno por todo lo que me hizo y si puedo hacer que muera en la cárcel voy a hacer que lo último que escuche sea mi voz diciéndole que espero y arda en el infierno.
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Estuve corriendo y caminando por horas hasta que empezó a anochecer, durante mi camino con mi poca vista y energía pude ver luces, hay me di cuenta que me faltaba poco.. Ya estaba cerca de la ciudad, ya no estaba lejos así que como pude segui acelerando el paso. Camine descalza por la acera, estaba cansada muy cansada mi cuerpo dolía y el hecho de llevar unos dos días sin comer ya me estaba afectando hasta que vi a una mujer Albina y su cabello tenía puntas moradas junto a unos lindos ojos azules.
Escuche poco como me llamaba hasta que sentí como si fuera a perder el conocimiento, por fin podría descansar o quizás no?..
—Señorita ___! Despierte por favor! Aguante un poco mas, la ambulancia no tarda en llegar. Por favor quedese conmigo!— Volví a abrir los ojos algo alterada, era Akira y se veía claramente preocupada.
Luego vi un auto conocido automáticamente alce mi mano hacia Akira haciéndole señas de que teníamos que irnos, ella me miro confundida sin entender pero luego note como ese auto de paraba cerca de nosotras. Me alarme y me sentí aterrorizada, el miedo no tardo en invandirme y Akira noto eso cuando vio a un chico pelirrojo claramente enojado acercándose a nosotras.
Akira reconoció a aquel chico y se puso a la defensiva mientras llamaba a alguien en su celular, Hernán no conocía Akira pero ella si a el. Gracias a eso yo misma sabia que las cosas no acabarían bien, Akira era mi asistente pero a la vez también la secretaría de Douma, por lo tanto tenía ciertos contactos que en todo momento estaban cerca para defenderla y cuidarla.
Cuando justo pense que iba a suceder algo no paso nada pero el cansancio me gano y quede inconsciente con el pensamiento de que hasta hay habia llegado mi vida, sin tener el momento de volver a ver a Tanjiro, Nezuko o a aquellos preciosos ojos arcoíris de Douma..
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