Entre el intenso viento que azotaba aquel lugar, lo único que Sunoo pudo divisar fue un periódico atrapado en una vara de metal. Lo tomó entre sus manos y, tras esforzarse por descifrarlo, logró discernir unas letras con la frase "Se prevé que un gran tornado llegue a Meraki, manténganse a salvo". El encabezado llevaba la fecha "20 de septiembre".
—Dios mío, esto es en muy poco tiempo — se dijo a sí mismo —. Tengo nueve días para descubrir por qué ocurre esto y detenerlo.
La alarma resonó, sobresaltando a Sunoo, quien despertó bruscamente. Nuevamente, todo había sido un sueño, pero lo sentía como una advertencia. ¿Cómo era posible que estuviera soñando y teniendo visiones de esta tormenta incluso estando despierto? De repente, algo se conectó en su cabeza. ¿Y si la capacidad de retroceder en el tiempo se le había otorgado como un poder para salvar al pueblo? Si era así, él era el único que podía hacer algo para detener aquella tormenta.
Miró su reloj para verificar la hora.
Eran las 6:39 a. m., según el pequeño aparato en la mesita de noche. Todavía tenía tiempo, así que se levantó de la cama y tomó sus artículos de baño para dirigirse a la ducha.
Salió de su habitación aún con su pijama rosa de patitos amarillos y se dirigió a las duchas. Afortunadamente, solo había otro chico lavándose los dientes.
Después de tomar una ducha y envolverse en una toalla, salió directamente hacia su habitación. No tardó mucho en arreglarse, optando por una simple playera blanca y el primer par de vaqueros que encontró en el armario. Dado el frío, se puso un suéter largo de lana, agarró su mochila y se encaminó hacia su aula.
Como era temprano, aún no había llegado nadie. No le importaba mucho dónde se sentaba, así que eligió la primera mesa disponible, sacó su teléfono y comenzó a investigar.
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Después de que las clases terminaran, Sunoo, que siempre prestaba atención para no atrasarse, esta vez no pudo concentrarse. Durante las horas de estudio, en lugar de sumergirse en sus libros, se dedicó a investigar si regresar en el tiempo era posible y, en caso afirmativo, por qué podría hacerlo. Sin embargo, solo encontró teorías sin respuestas claras.
"Quizás soy uno de esos viajeros en el tiempo de los que se burlaba Hawking", escribió en una esquina de la hoja. Luego, al final, añadió: "¿Y si quedo atrapado en el tiempo?!?". Pasó sus manos por su rostro con un suspiro, sintiendo la frustración.
—Hola, ¿todo bien? — preguntó Nishimura al sentarse frente al pelirosa.
—Claro, ¿por qué? — respondió Sunoo, tratando de disimular que su cabeza estaba a punto de estallar.
—Te noté demasiado distraído todo el día — comentó el rubio.
El pelirosa negó.
—Estoy bien, solo que aún no me acostumbro a Meraki — dijo con una sonrisa.
