Sunoo se dirigió a la habitación de sunghoon, siguiendo al mencionado en total oscuridad por su casa, en cuanto entraron al cuarto el olor a tabaco inundó las fosas nasales de el menor, los dinosaurios en el papel tapiz infantil original apenas eran visibles, eclipsados por una mezcla de posters de bandas y películas desconocidas para Sunoo. La ropa, desbordante y esparcida por doquier, le daba un toque desenfadado al ambiente. La cama, en el centro de la habitación, mostraba una dualidad: mientras un lado estaba meticulosamente organizado con un microcomponente que parecía ser un tesoro para Sunghoon, el otro lado yacía desordenado y caótico. El escritorio, iluminado por la luz de la luna que se filtraba por la ventana sin cortinas, mostraba signos de vida cotidiana: cartas sin abrir, una laptop y la visión clara de la luna nocturna. La presencia de envolturas de comida y cajas de CDs revelaba una mezcla de entretenimiento y necesidades diarias.
—¿Tus papás no van a molestarse?—Pregunto Sunoo en un susurro, intentando no hacer demasiado ruido.
—Mamá trabaja de noche y Papá murio hace un tiempo.—Comentó Sunghoon abriendo su armario y quizás restandole un poco de importancia al dato.
—Lo siento... —susurro sunoo, con tristeza, estaba comenzando a entender algunas cosas.
—No importa.—Inquirio hoon, saco una pijama de misfits para el y le ofreció una totalmente negra a Sunoo.
El pelirosa la acepto, aunque es verdad que era algo totalmente diferente a su cómoda pijama rosada no quería dormir oliendo al cloro de la piscina escolar.
Después de cambiarse ambos estaban acostados en la cama y mirando al techo mientras su única iluminación era la de la luna que entraba por la ventana.
El pelinegro prendió un cigarrillo, el silencio cómodo en el que ambos se encontraban los hacía sentir seguros.
—Hoonie, no quiero presionarte, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti.—Dijo Sunoo, ya dándose cuenta de las batallas que sunghoon estaba llevando en silencio.—Puedes contarme lo que quieras, nunca te juzgaria.
La expresión de Sunghoon se suavizó, apreciando la genuina preocupación de Sunoo. Exhaló una bocanada de humo antes de responder.
—Gracias, Sunoo. Eso significa mucho para mí. —Sunghoon desvió la mirada hacia el techo, como si buscara las palabras adecuadas.— Yo... perdi a todos los que queria, mi padre murio, heeseung se fue y mi hermano se mudo.—El chico suspiro.—Mamá sigue aqui... pero aveces, siento que mi madre y yo vivimos en mundos diferentes. No entiende mis elecciones, mis sueños... ni siquiera mi música. Piensa que todo lo que hago es para joderla. Pero, Sunoo, hay más detrás de todo lo que hago que el simple deseo de desafiar. Es mi forma de lidiar con cosas que... ella no puede comprender.—Hubo un breve silencio, y Sunoo pudo percibir la indecisión en la mirada de Sunghoon. —Quisiera que me dejara de ver como un egoista, pero parece que siempre chocamos. A veces, me pregunto si está orgullosa de mí, o si simplemente quisiera que fuera alguien más. —Sunghoon soltó un suspiro profundo, como si llevara consigo un peso constante. Luego, dudó un momento antes de continuar.— A veces, Sunoo, siento que ya no puedo más... solo quiero acabar con esto.—Su voz se quebró y Sunoo respetó ese momento de reflexión. Donde finalmente, Sunghoon se abrió un poco más. —No quiero que nadie sienta lástima por mí, nisiquiera tu...—Sunghoon se rio triste con las lagrimas apunto de salir.— Por eso prefiero guardarme todo y que me vean como un rebelde pero... igual me alegra tener a alguien como tú aquí. —Sunghoon miró a Sunoo con gratitud y vulnerabilidad, como si haber compartido esos pensamientos le aliviara un poco el alma.
—Nunca te tendria lastima, y no necesitas cargar con todo eso solo.—Respondió Sunoo, mirando al techo.—Podemos buscar ayuda, juntos.—Dijo el pelirosa, girandose para encontrarse con los ojos de Sunghoon quien suspiro.
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Hipofrenia | SungSun
Ficção Adolescentehipofrenia: el sentimiento de sentirse triste sin razón aparente.