Porfavor, Regresa

dónde la luz es más brillante. parte 1

Despertó curiosamente más temprano que los demás, entre adormilado busco a tientas su celular bajo su manta, las 6am, considerablemente temprano para un chico de 16 años.
Rápidamente despabilo al darse cuenta de donde estaba, todos durmieron a la intemperie, el clima  estaba algo gélido, hacia un poco de frío así que se cubrió instintivamente hasta las narices, dio un vistazo a su alrededor y cayo en cuenta que aún no amanecía del todo, la luz del día apenas comenzaba y se asomaban unos delgados rayos de sol color anaranjado, las copas de los árboles despedían reflejos dorados por la luz filtrada del sol saliente...

-¡Que cosa!... - exclamo bajo...

Se levantó perezosamente de su tumbona aún con la manta puesta, busco sus sandalias y entro a la casa rodante en busca de una sudadera para el frío y ponerse sus zapatos, se labo la cara, se acomodo un poco el cabello naturalmente desordenado y salió decidido a explorar un poco por el lugar, los demás seguían durmiendo pero el regresaría pronto, además no iría muy lejos.

Se adentro algunos metros en el bosque, se puso sus auriculares y puso una canción pegajosa en su celular, estaba de buen humor he iba tarareando mientras observaba a su alrededor, en el camino se encontró algunas criaturas curiosas que nunca había visto de frente, como lo eran las ardillas, un conejo que pasaba saltando a toda velocidad, iguanas y de más, dado que vivía en la ciudad nunca tubo la oportunidad de ver algo así, estar rodeado día con día de la tecnología moderna, autos y edificios le hicieron sentir que vivía en un mundo completamente diferente.

Siguió caminando ensimismado contemplando cada detalle, hasta llegar a un pequeño claro donde la luz era más brillante, al frente del claro se alcanzaban a apreciar algunas montañas, las cuales se veían enormes gracias al sol que se asomaba tras ellas, en su vida había visto tal cosa.

Decidió que el sitio era perfecto para sentarse en el suelo y contemplar esta maravilla, cruzó sus piernas en forma de loto, recargo su codo en su pierna y en su mano apoyo su mejilla, sin darse cuenta estaba sonriendo, una sonrisa amarga, sabia cuál era el origen de esa amargura, el buen humor comenzaba a desaparecer, se maldijo a si mismo por no poder controlar sus emociones y por arruinarse el momento el solo, momentos como ese, las victorias, los triunfos, las buenas experiencias durante su vida tenían sentido cuando su hermano estaba ahi.

Sintió su pecho estremecerse de tristeza, el momento agradable habia terminado por convertirse en un momento melancolico.

Joder, parecía una nena, ¿por qué no podía simplemente superar lo que ya había ocurrido?, pensó para si mismo, le dolía, pero ya era hora de continuar, no podía soltarse a llorar cada vez que recordará a su hermano muerto, tenía que avanzar.

Se levantó del suelo, había decidido regresar con el grupo, pero no sin antes mirar a las montañas donde se asomaba el sol, limpiándose las lágrimas que comenzaban a caer por su rostro se dijo así mismo que debía ser más fuerte, por el y por su hermano, debía dejarlo ir y el debía continuar.

Forzó una sonrisa, la misma sonrisa amarga de hace un momento pero con un dejo de esperanza en la mirada, ahogo un sollozo en una bocanada de aire y levanto la cabeza, todo estaría bien, miro al cielo como esperando algún tipo de señal, algo que le dijera que su hermano estaba de acuerdo con el en que debía dejarlo ir, sabía que sea donde sea que se encuentre su hermano siempre estaría presente.

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Después de un rato hiro por fin había regresado al campamento, sus amigos le preguntaron si todo estaba bien y la verdad es que estaba bastante bien, les contó sobre el claro que encontro, les dijo que sería un gran lugar para hacer algo como un picnic, tomar algunas fotos o algo por el estilo.