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—¡Dale, Iván! Rompele el orto al hijo de re mil putas ese.— Eufórico gritaba uno de sus amigos más cercano, Gonzalo, al cual lo apodaban como goncho.

La gente gritaba como loca y el mencionado estaba agarrando a piñas a un chico que se atrevió a decir algo sobre su hermana.

Iván decidió dejar de pegarle cuando vio que su "oponente" ya no podía más.

—Te vuelvo a escuchar decir algo de mi hermana y te juro que no la contás más, eh, hijo de puta.—

Lo agarro de la camisa que tenia manchas carmesí, asegurándose de que le quedara claro.

Al ver que el sujeto no respondía simplemente decidió dejar de agarrarlo de aquella camisa, viendo con asco como caía al piso.

Pronto, pudieron escuchar la sirena de la policía, cualquier tipo de peleas estaba totalmente prohibida e Iván ya habia pasado la noche en una celda y no quería volver a vivir esa experiencia en toda su vida, sin mencionar que Goncho estaba con él.

—La puta madre... ¡Iván!vámonos, ¡la policía! —

Le grito a su amigo, quien tomó la plata que se había recaudado por la pelea al igual que su mochila con sus cosas y se dedico a correr antes que la policía los atrapase, al igual que toda la gente de aquel callejón.

—¿Qué vas a hacer con la plata? Victoria te va a retar.—

Preguntaba agitado su amigo mientras corrían hasta que decidieron parar en una esquina, ya bastante lejos de la policía.

—Lo mismo de siempre, tratar de ayudar en la casa, aunque a Vick no le guste lo seguiré haciendo, sé que trabaja y todo pero aveces es demasiado.—

—Amigo sos un capo, eh, mira esas acciones tan nobles.—

El más alto reiria, dándole una palmada en el hombro a su amigo.

—Vos también, boludito, ¿quien me acompaña después en las peleas si no sos vos?—

—Tenes razón soy un capo y encima tengo al gran Iván Buhaje, dueño de las peleas callejeras para defenderme.—

Ambos reirian, caminando con más tranquilidad mientras se dirigían a los departamentos, donde goncho vivía en un piso más arriba que Iván y Victoria.

—¿Volviste a pelear, cierto?—

Preguntaría el familiar de Iván, Victoria.

—Sabes el porque, Vick.—

—¡Iván! ¡¿Si algún día te pasa algo?!—

Goncho se había ido hace mas tiempo que Iván, sabía exactamente lo que pasaría y eran cosas de familia, el no sé metía por lo mucho que quería a su mejor amigo.

—¡Pero eso no ha pasado! ¡Sabes que no la tenemos fácil! Hago esto por vos, por tratar de ayudarte.—

Un silencio inundó la sala de aquel apartamento, hasta que se escucho la voz de la mayor hablar.

—Si realmente lo hicieras por mí y por tratar de ayudarme no harías cosas que me lastimen.—

Esas palabras dolieron, le dolio más esa oración que todos los golpes acumulados en su cuerpo.

Esas palabras dolieron, le dolio más esa oración que todos los golpes acumulados en su cuerpo

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𝐈𝐍𝐄𝐅𝐀𝐁𝐋𝐄.⸺𝗥𝗼𝗱𝗿𝗶𝘃𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora