Capitulo 12.(Un día inolvidable para mí)...editado...

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Me desperté de repente, abrí y cerré mis ojos varias veces seguidas, para luego estirarme y mirar a mi alrededor. Me encontraba en el asiento de atrás y Brayan estaba manejando. Observé el espejito y note que el me estaba mirando.

—¡Buenos días señorita!.

Me alegro oír eso, después de lo que pasó, me gusta que Brayan no cambie en su personalidad, amo que sea así, amo todo de él.

—Buenos días —sonrei.

—¿Cómo te sientes preciosa? —pregunto él.

No conteste y me quedé pensando en lo que pasó el día anterior, y otra vez mi mente estaba llena de tantas preguntas ¿Matías?, ¿Porque lo hizo?, ¿Siempre le guste?, ¿Era una trampa?.

—¿Mariana? — salí de mis pensamientos.

—¿S-si?.

—nos quedaremos en una casa lejos de la ciudad —Cambio el tema rápidamente, siempre lo hacía pero yo no le daba importancia.

—¿De acuerdo? —conteste confundida. El no dijo ni una palabra más.

Luego siguió conduciendo por mucho tiempo, yo solo mire por la ventana todo el camino, los árboles, la nubes y como el cielo se empezó a oscurecer, al parecer iba a llover. Sentí como la camioneta freno y con eso mi frente pegó con el asiento de adelante, fue tan de repente que me dolió y mis ojos se pusieron llorosos, estaba tan despistada que no percaté nada. Escuché las risitas de Brayan y levante la cabeza para verlo.

—Losiento princesa, ¿Te dolió? —pregunto preocupado.

Negué con la cabeza, pero aquí no me importo la pregunta, ¿Princesa? ¿Me dijo princesa?, se sintió....bonito escuchar eso o no lo sé, me gustó oir lo decir, ya sabia que andaba sonrojada.

Se bajó de la camioneta de golpe fue demasiada rápido, y llegó a la puerta trasera izquierda y la abrió. Lo mire y parpadee varias veces confundida. Luego note que estábamos en un garaje algo grande, estaba tan perdida en mis pensamientos que no note cuando entramos aquí.

—¿Entonces vasa bajar? O ¿Quieres que yo yo te baje? — andaba burlándose de mi a cada rato.

Me baje de la camioneta, y mire a mi alrededor, todo estaba limpio eh impecable. Brayan no tardó mucho en aprovechar el momento en el que me distraje y levantarme para empezar a cargarme sobre sus brazos.

—¿A dónde me llevas? —pregunte.

—Al cuarto.

—¡¿QUÉ?! —grite nerviosa.

—es broma —se comenzó a burlar de nuevo.

Llegamos a lo que parecía ser la sala, era grande, más grande que la anterior y empece a fijarme en cada detalle, todo parecía un palacio de cristal, con espejo por todos lados, floreros de decoración el cual contenían lirios, mi flor favorita, cuadros de paisajes, el piso de cerámica blanca, todo era fragil alli, todo era delicado, era tan hermoso ese lugar.

—¿Ya terminaste?

—¿De que? —dije nerviosa

—De pensar...quiero que dejes de pensar y preocuparte —volvio a cambiar el tema.

Me soltó y mis pies tocaron el suelo, el lindo suelo de porcelana, y no dude en sentarme en un mueble que se encontraba cerca de allí.

—No estoy preocupada...—dudosa

—si lo estás.

—¿Cómo estás tan seguro? —pregunto cruzandome de brazos y frunciendo el ceño.

¿Soy tú debilidad? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora