Capítulo 2

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Santos vendía sus dulces, unos niños que pasaron por ahí preguntaron que qué era lo que tenía. Leo y T/n llegan, Leo saluda pero los niños habiendo oído de él por medio de Nando se van

Leo: -Los ve irse triste y suelta una lágrima-

T/n: -Lo consuela-

Santos: Ay ánimo mi Leo, no me achicopales mira, una alegría pa' que te pongas contento ¿eh?

Leo: -La acepta- Cáete cadáver

Santos: Oh jo jo las alegrías, nunca fallan -sonríe victorioso-

T/n: Oye Santos, ¿tu crees en la bruja de la vieja casona?

Santos: La vieja casona onde mi ma- JA JA JA que mi T/n que te- ya estoy muy grandecito para creer en esas tonterías ja ja ja

Leo: ¿E-Entonces la casona no está embrujada?

Santos: Nooombre no no no esa casona está como la vieja de mi compadre, completamente abandonada. Pero por que hasta ahorita naide ha tenido el dinero para comprarla, nadie. Pero déjenme decirles un secreto, estoy ahorrando ese dinerito y muy pronto yo mismo la voy a comprar... Ha si no mero y voy a poner la dulcería más Grande de Puebla... Acá entre cuates tienes que enfrentar tus miedos mi Leo y como primer paso de ser un niño valiente deberías animarte a entrar a la vieja casona

T/n: -Mirada desconfiada y desaprobatoria-

Santos: Yo ya me he metido es maravillosa, es más, pa' que ya no tengas miedo y hoy mismo te animas a entrar, te voy a regalar algo

Busca en su chal y saca un hueso

Santo: Este es mi amuleto pa' que no me ladren los perros

Vuelve a buscar y saca una cosa rara para no sé qué. Otra vez vuelve a buscar para su fortuna encontrarlo

Santos: ¡Este es! mi amuleto pa' no tener miedo. El medallón de Miquiztli. Con él serás un niño muy pero muy valiente

Leo: Gracias Santos, ¡eres mi mejor amigo!

Santos: Y tengo otra sorpresa, nombre ¿quieren ver algo de veritas... Mágico?

Leo, T/n: Si si si si

Santos: Son como dulces, pero dulces pa' los ojos. Se llaman Fuegos Artificiales. Oh me los trajeron desde allá, desde el otro lado de la punta de la china

Deja el Fuego Artificial en el suelo, le prende fuego a la mecha; cuando se acaba la mecha sale disparado al cielo. Los niños quedan asombrados

...

Poco después regresaron a la panadería, le contaron a Dionisia sobre los fuegos artificiales, pero ella no les toma enserio. Luego se acerca a una cesta cubierta con una manta para después volver con los niños

Dionisia: Haber mi niño, te tengo un mandadito de última hora. Necesito que lleves este pan a un tal machorro, al número 10 de la casa de la Nahuala

Leo: ¿La ca-ca de la Nana? ¿La ca-calle de la Na-Nahuala?

Dionisia: Si, al número diez, allá adelantito de la casona abandonada pues. Anda Leo vete de una vez pa' que no se te haga más noche

Leo: Pe-pero Nana

T/n: Nana, si gustas yo voy con Leo. Así volvemos más rápido -sonríe nerviosa-

Dionisia: Ay pero que considerada mi niña, ándale pues. Pero corran antes de que se les haga más tarde

...

Leo: G-Gracias T/n por acompañarme...

T/n: No hay de que, no podía dejarte solo... S-Sabiendo que aquí vivió la Nahuala

La Leyenda De La NahualaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora