🌧️ Capitulo 01 🌧️

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"NO ESTOY LOCO, SÓLO ESTOY ROTO".
- Sammy Emily.

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YA ERA UNA COSTUMBRE ENCONTRARSE CON LA OSCURIDAD CADA QUE SE IBA A LA CAMA. ACOMPAÑADA DE UNA SINFONÍA QUE PROVENÍA DE LA LEJANÍA DE LA PENUMBRA. HABÍA UN FRÍO QUE LE PENETRABA LA PIEL. HELADO SUS HUESOS. SE ESTREMECIÓ. TOCÓ SUS BRAZOS DESNUDOS Y LUEGO LA TELA DE SU PIJAMA AÑIL.

CORRIÓ SIN MIEDO DE CHOCAR. SIGUIENDO LA MELODÍA QUE CADA VEZ SE HACÍA MÁS FUERTE. TOPÁNDOSE CON ESE SITIO EN DONDE PERDIÓ TRES COSAS: A SU MELLIZA. SU FELICIDAD. SU LUGAR FAVORITO. EMPUJÓ LA PUERTA PARA ENTRAR. PERO ESTABA CERRADA. COMO ES HABITUAL. NO IMPORTA CUANTO SE ESFUERCE.

NINGUNA DE LAS PUERTAS SE ABRE. PERO NO SE RINDE. SABE QUE ESTÁ ALLÍ. A LA ESPERA DE SER ENCONTRADA. Y SAMMY LO HARÍA. ALGO LE DECÍA QUE ELLA LO ESTABA LLAMANDO CON ESA MELODÍA PERFECTA PARA OIR SI QUIERES IRTE A DORMIR CON MÁS EFICACIA. SAMMY NO SABE DE DONDE VIENE, PERO LA ADORA.

°°°

Un fuerte sonido de la realidad lo trajo se vuelta, era un trueno.

Aunque no permaneció en su cama para no expandir su propio pánico,

Salió de su habitación y corrió por la casa hasta dar con la puerta principal de la casa. Sus apresuradas pisadas y el portazo que dio al cerrar sacó a sus padres del sueño. Quienes ya tenían una idea de lo ocurrido. Nancy con apuro bajó al cuarto de su hijo que halló vacía.

Suspiró cansada - Vamos, no puede ir tan lejos. - Dijo su Marido detrás de ella.

Volviendo con Sammy: Tenía el absurdo objetivo de ir a Fredbear's... Pero eso quedaba tan lejos como para ir a pie... No era del todo consciente de lo que hacía... Se sentía como si aún estuviera soñando... Daría todo lo que tiene para que así fuera... Sólo una fea pesadilla... La peor de todas.

Ya todos en el suburbio lo consideraban un loco, ¿Pero qué importa?

Dejó de ir a la escuela porque a mitad de las clases o en recesos le daban ataques de pánico. Dejó de ir construir juguetes porque ya no le traía emoción. Dejó de socializar porque los chicos de su edad lo veían como un raro. Dejó de hacer muchas cosas - ¡Wow! - Frenó a tiempo.

Casi un camión de carga lo atropella, suceso que lo trajo de vuelta.

También había dejado de vivir y todos sus Acciones eran Automáticas.

- ¡Sammy! ¡Hijo! - Escuchó la Voz de su Padre.

A un lado de la acera, el auto de su padre se detuvo.

Su madre bajó por él - ¿Estás bien? - Revisó su rostro buscando heridas.

- Sí... - Respondió decaído. Un poco más y hubiera sido su fin. Aunque quizás de esa manera acabaría de una vez con su tormento. El camino de regreso a casa fue silencioso. Uno doloroso. Tampoco es que existiesen buenas palabras para llenar el vacío incómodo que los ensombrecía siempre.

Sammy apoyó la cabeza en la ventanilla del auto, con sudor seco que empaparon sus mejillas mientras veía pasar las calles del vecindario a gran velocidad, su mente se hallaba en blanco aún si poder asimilar su realidad actual, es como si se hubiera quedado atascado en 1983.

Precisamente en ese Homicidio que había arruinado su vida. Y es que no es nada lindo encontrar a una persona cercana y querida muerta en el sitio donde arrojan los desperdicios. Como si fuera basura asquerosa, ¿Quién habrá sido esa Alma tan Maldita causante de tal Acto Atroz?

Todo es su culpa. Se supone que tenía que cuidarla y falló, Sólo se fue por 10 minutos a buscar un estúpido vaso de agua. Tiempo suficiente para dar Fin con la Vida de su Gemela, ¿Por qué ella? ¿Por qué no mejor a un político corrupto o algún asesino desquiciado de ese momento?

Sintió como los ojos le ardían y empezaban a humedecerse. Estaba harto de llorar. Pero no podía parar. Su alma le pedía desesperadamente que liberara toda la agonía que retenía todos los días y la única manera de hacer eso era llorando, gritando o golpeando algo con violencia.

Gritar asusta a las personas y golpear lo hace sentír peor. Llorar era el método más seguro para liberar todas esas emociones que lo sacan del mar de agonía en el que se estaba ahogando. Desvió la mirada de la carretera y miró a su padre a través del retrovisor, lucía agotado.

Su madre se veía angustiada. Sammy también estaba cansado de él mismo. Apenas el motor del vehículo se apagó, salió del auto a gran velocidad sin esperar a sus padres. Subió las escaleras que llevan directo a su habitación, al entrar cerró la puerta y se dejó deslizar contra esta.

Otra vez sus ojos aguados ardieron y el llanto amenazó con salir a la luz, pero en su lugar, tomó una gran bocanada de aire y exhaló todo, respirar hondo casi siempre lo tranquilizaba, esta vez tuvo suerte y su ansiedad se suavizó al poco rato, alzó la mirada y se vio a si mismo.

El espejo de cuerpo completo del otro lado del cuarto mostraba a un Sammy de aspecto lamentable, con las escleróticas rojas por tanto llorar, la musculatura delgada por saltarse las comidas, esa era su forma de torturarse, prohibiendo que su cuerpo se alimente.

Era un castigo doloroso y lento, porque Charlie había muerta de ese modo, por supuesto sabe que el hambre no era igual que una brutal apuñalada, pero no era de ese tipo de persona que se cortaba la piel, eso sería pasarse de la raya y sus padres se preocuparían demasiado,

Como pasó en su primer colapso en su quinto día de escuela primaria.

Sin ganas pero con deseos de volver a la cama y se acostó como si en años no hubiera sentido la suavidad de un colchón. Se limpió el sudor que se escurría por su rostro anémico y cerró los ojos dejándose llevar por la melodía de ensueño, ojalá pudiera oírla para siempre.

La vida le resultaba más sencilla cuando estaba durmiendo.

°°°

Evan despertó tan repentinamente que le pareció extraño y se sentó a ver a alguna anomalía en la habitación en la que estaba durmiendo en compañía del resto de sus amigos. Era el cuarto de Brian. No encontró nada anormal. Además que era complicado ver algo en esa oscuridad.

- ¿También lo escuchas? - La voz de Summer asustó un poco al castaño.

- ¿Oír qué? - Entrecerró los ojos tratando de ver su figura en la penumbra.

- La canción. - Supo de inmediato que no estaba comprendiendo a lo que se refería su amiga. - Sí te quedas callado quizás puedas oírla. - Guardó el silencio necesario hasta que sólo el chillar de los grillos se volvió el único sonido que suplantó el mutismo del momento, no pasó nada.

Y como si hubiera esperado al instante que comenzara a negar, sus oídos fueron testigos de una balada de cuna que invadió el ambiente frío de la noche, anunciando que el destino de un persona colgaba de un hilo.

MI ALMA TE BUSCA l FNAF lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora