Acostarme con Freen jamás habría sucedido si sabía que ella sería mi nueva jefa.
Tengo que ser profesional. Tenemos que ser profesionales.
Pero no podía negar que ella se había hecho la dueña de mis pensamientos luego del agradable momento que pasam...
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La cena estuvo deliciosa, pero la compañía era lo mejor de la noche.
Freen había pedido una botella del mejor vino, así que nos encontrábamos disfrutando de unas cuántas copas. La charla entre ambas era fluida y cada vez más interesante, además me había enterado de que Freen es cuatro años mayor que yo, su color favorito es el rojo, adora tener una rutina, el cuidado personal y viajar.
Así como ella se enteraba de mis pequeñas cosas, decidí que era mejor indagar en algo más profundo.
- Me llama demasiado la atención que nunca hayas tenido pareja, de verdad. -suelto una risita mientras saboreo de mi copa de vino.- ¿En serio, nunca has tenido una? Eres demasiado genial como para que nadie quiera tenerte a su lado todas las mañanas.
Me parece demasiada loca la idea de que una mujer como ella realmente esté sola. ¿Acaso todas están locas? ¿Por qué no suspiran como tontas enamoradas por Freen?
Freen suelta una carcajada y se sonroja ante mi último comentario.
- ¿Crees eso? -pregunta con una sonrisa tonta.- Supongo que te estaba esperando a tí, para que seas tú quién despierta a mi lado todas las mañanas.
- Cierto, eres afortunada porque la vida me eligió para tí. -respondo y reímos.- Dejando de lado eso, ¿no hubo ninguna afortunada antes?
- Pues en mis 29 años de vida no hubo ninguna afortunada. -vuelve a soltar una carcajada.- Siendo seria, si he tenido citas y he llegado a pensar que iba a formalizar algo, pero no ha sucedido, ya sabes, porque piensan que soy intensa. Pero la cuestión es que he estado concentrada en mi empresa, tuve algunos bajones porque todos a mi alrededor tenían una vida amorosa bastante activa, ya sea con muchas citas o incluso ya formando una familia, pero para evitar deprimirme por ello me enfoqué en mi trabajo.
Freen toma un poco de vino y suelta un suspiro.
- A veces suelo sentime mal porque creo que nadie podría soportar mi nivel de intensidad para amar...
- Yo sí. -digo con una sonrisa mientras miro el contenido de mi copa y juego con este.
A este punto ambas estábamos algo ebrias, lo que nos daba un poco de confianza para decir lo que realmente pensamos.
Freen mueve su asiento para estar más cerca mío, lo suficiente como para sentir su delicioso aroma
- ¿Ah, sí? -se inclina un poco en su silla.- ¿Y si vamos a mi casa y me lo demuestras?
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