malteada

Capitulo 5

Cayó sobre sus rodillas acomodándose junto a su mejor amigo y en silencio comenzó a desabotonar y bajar el pantalón de Jason bajo la atenta mirada de Jon. Liberó la ereccion de su novio y sin tantos rodeos engullo el gran falo casi por completo, escuchó el jadeo de Jon, sabia que le había sorprendido y eso solo lo incentivo a mover su cabeza de adelante y hacia atrás. En la posición en la que estaban Jon podía ver perfectamente como al gruesa ereccion de Jason desaparecía casi por completo en la boca de Damián. Esa imagen era simplemente perfecta, Jon estaba seguro que nunca podría hacer eso. Sus ojos mostraban un brillo peculiar que cargaba toda la lujuria del momento y Damian lo notó.

—¿Quieres intentar? —preguntó una vez tuvo la boca vacía, aún así su mano seguía recorriendo toda la longitud de su novio, su puño apretaba lo suficiente para que fuese excitante y no doloroso pero aún así apretaba.

—Yo... —con las mejillas rojas Jon asintió levemente respirando con pesadez, de todo lo que podrían hacer juntos jamás se imagino que terminarían haciéndole una doble felacion a Jason.

Damián lo jalo del hombro y lo hizo acercarse lo suficiente para quedar frente a Jason. La mano de Damián seguía moviendose por lo que cuando levantó la vista sólo se topo con la serena cara de Jason, sus ojos estaban cerrados y sus labios entreabiertos por donde pequeños suspiros salían con cada movimiento de Damián, con el conocimiento de que el enojo de Jason había disminuido considerablemente se sintió más seguro.

Aunque esa seguridad no duró mucho, abrió la boca lo más que pudo e intento meter la cabeza a su boca pero Jason se movio hacia atrás. El nerviosismo rápidamente lo invadió de nuevo pero la mano de Damián en su hombro lo calmo.

—No uses los dientes —le explico abriendo la boca y pegando sus labios a ambas partes de su dentadura, Jon Asintió e imitó el movimiento volviendo a intentarlo. Esta vez; cuando metió la rojiza e hinchada cabeza del miembro de Jason, no hubo oposición por parte del mayor. —Perfecto —susurró Damián en su oído; empujando levemente su cabeza, el solo se dejó guiar abriendo más la boca. El sabor de un pene era raro, sabia salado pero a la vez tenía cierta dulzura. Era un sabor tan desagradable como adictivo que él no podía describir. Aún así no pudo meter mucho a su boca puesto que comenzaron a darle arcadas y tuvo que sacarlo.

—Lo haces muy bien —Giró la cabeza para ver a su mejor amigo y este se acercó a besar toda la longitud de un lado y lo guió con su mano en la nuca para que también lo hiciera.

No puso resistencia y con un poco menos de nervios se atrevió a jugar con la cabeza de la ereccion de Jason, mientras ambos llenaban de baba y degustaban de estar frente a frente compartiendo todo como siempre lo habían hecho. Pero por la mente de ninguno pasó que sería específicamente "eso" lo que compartirían en algún punto de su vida.