El Zorro y la Abuelita

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Lo que no sabían es que un Zorro salvaje había escuchado TODA su conversación, entonces como vio que ellos sólo estaban pasando el tiempo se dedicó a correr hacia la casa de la abuela para comérsela y después a Caperucito rojo, que gran festín se daría. Al llegar tocó a la puerta. "¿Quién es?" preguntó la abuelita. "Caperucito Rojo," contestó el Zorro. "Traigo pastel y vino. Ábreme, por favor." - "Mueve la cerradura y abre tú," gritó la abuelita, "estoy muy débil y no me puedo levantar." El zorro movió la cerradura, abrió la puerta, y sin decir una palabra más, se fue directo a la cama de la abuelita y de un bocado se la tragó. Y enseguida se puso ropa de ella, se colocó un gorro, se metió en la cama y cerró las cortinas.

Caperucito RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora