Euthanasia [Poe/Ranpo]

Good Night, Karl

Y ahí estaban ellos, viéndolo luchar con sus garras y dientes, retorciéndose y tratando de quitarse la máscara de gas de encima, al paso que sus fuerzas se debilitaban y su consciencia se desvanecía lentamente hasta rendirse y cerrar sus ojos. Jadeaba con dificultad, hasta que le retiraron la máquina y lo dejaron a solas con sus dueños.

El mapache tomó una gran bocanada de aire fresco, tosiendo y soltando un largo suspiro; abrió sus ojos y soltó un chillido, en busca de los hombres y removiendo las sábanas que lo envolvían.

—No estés asustado, Karl, esto es porque nos importas mucho y sabes que te amamos, ¿no?—El detective se acercó a él y acarició su cabeza, recibiendo un pequeño sonido de satisfacción saliendo de la garganta del animal. Lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.

Se dio la vuelta para abrazar a su pareja, sollozando levemente en su pecho, mientras era consolado con dulces palabras como "Va a estar bien", "Es mejor así" o "Está sufriendo demasiado, dejémoslo descansar".

—Ya no hay más esperanza, Ranpo.—Eso lo decía para convencerse de que estaban haciendo lo correcto para su pequeño, porque le era difícil. Era la decisión más horrible y correcta que había tomado.

—¡Sabes que estás equivocado!—Se separó del escritor casi inmediatamente, corriendo hacia el mapache y protegiéndolo, llorando y rogándole que se mejore—No quiero que se vaya aún. Cuando te vas no regresas y yo quiero volver a casa con él, pero no podremos, Edgar.—Cuando lo miró, pudo ver el rostro demacrado de su pareja, que también estaba aguantando y resistiendo, como si también fuese a desmoronarse en mil pedazos.

Pudo notar que su cabello estaba más desordenado que de costumbre y que sus ojos no lo miraban a él, sino, al mapache.

—Quiero creer que él aún estará con nosotros, que recuerde todo lo que hicimos por él y lo mucho que lo amamos aunque solo sea un recuerdo—Se acercó a su pareja, abrazándolo por la espalda y derramando lágrimas al ver a su mascota lamiendo con dificultad la mano de Edogawa y acurrucándose en ella, como si tratara de consolarlo—. Estará jugando en la tierra, corriendo por el arcoíris, saltando sobre las nubes y cálido en nuestros corazones, porque siempre tendrá un lugar en ellos.

Todo su cuerpo dolía por la falta de sueño y alimento. No tenía ganas de nada y su esfuerzo por seguir de pie era demasiado.

—No estará en ningún lugar, porque nos dejará para siempre.

Empezó a temblar sin control, aferrándose aún más al cuerpo del animal frente a él, balbuceando palabras sin sentido y súplicas sin coherencia. Él ya había alcanzado su límite demasiado pronto.

—¿No podemos parar y saludarlo cada que veamos al cielo, amor? Está sufriendo demasiado—Al verlo con sus ojos hinchados y prominentes ojeras, se arrepintió casi al instante. Ranpo la había pasado demasiado mal todas esas noches en vela junto a Karl, llorando desconsolado porque desde el principio supo lo que iba a suceder, pero quiso guardar esperanzas. No funcionó—. Sabes que volvería atrás si pudiera, pero no podemos.

Fijó sus ojos en un punto en la pared, sin prestar demasiada atención. Tenía la mirada perdida, los ojos apagados y las mejillas llenas de lágrimas secas.

—Y tú sabes que amar a alguien demasiado lejos como para llamar, no es amor en realidad—Al darse cuenta de lo que acababa de decir, pestañeó repetidas veces y se volteó a ver a su pareja con una sonrisa rota—. Pero, ¿a quién se supone que le estoy hablando?

Poe lo apartó con una agarre suave en su muñeca, atrayéndolo a él y abrazándolo. Hundió su cabeza en su hombro, permitiéndose llorar y dándole la oportunidad a su novio de desahogarse con él.