Capítulo 3: La sorpresa

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- Lyra, hoy llegó una carta, ve y miras de qué es -dijo mamá.

- Sí, claro -respondí.

Me encaminé hacia donde yacía la carta, la tomé entre mis manos con curiosidad. El sobre era de un azul profundo, con destellos plateados que reflejaban la luz lunar. En la esquina superior izquierda, un sello de cera con el emblema de la luna lo sellaba con distinción y misterio. Al tocarlo, sentí la suavidad del papel, y su ligero aroma recordaba la frescura de la noche.

Era algo extraño. Por lo general, los sobres de cartas eran de un papel blanco común, sin demasiados detalles, pero este era diferente y tenía un aroma muy distinguido. La carta decía que era para mí, lo cual me confundió un poco más.

- Acá está el sobre -lo dejé sobre la mesa. 

- ¿Para quién es? -preguntó ella. 

- Dice que es para mí, ¿qué será? 

- Solo lo descubrirás si lo abres, adelante. 

Con una mezcla de emoción y curiosidad, rompí el sello de cera y deslicé el contenido de la carta en mis manos. El papel era exquisito, y las palabras impresas parecían danzar con la luz. A medida que leía, una sonrisa se formó en mi rostro, revelando la naturaleza especial de esta carta lunar.

- ¡No puede ser! -exclamé con emoción. Mis ojos se iluminaron y una sorpresa agradable se reflejó en mi rostro.

- ¿Qué pasó, Lyra? -preguntó mi madre con curiosidad. 

- La reina Sileny quiere verme.

- ¿¡En serio!? Lee la carta, quiero saber qué dice. 


Querida Lyra,

He oído hablar de tu valentía y dedicación en Resplandor. Me encantaría tenerte como invitada en mi corte lunar. Hay asuntos de importancia que me gustaría discutir contigo. Espero con anticipación tu visita.

Con respeto, Reina Sileny


- Oh, Lyra, ¡qué increíble noticia! -exclamó mi madre con una sonrisa, mostrando un destello de orgullo en sus ojos. -Es un honor que la Reina Sileny quiera verte. Pero, cariño, ten cuidado. La corte lunar puede ser un lugar complicado. Asegúrate de estar atenta y sigue tu intuición. Pero, estoy segura de que harás que todos en Resplandor se sientan orgullosos.

- Gracias, mamá -corrí a abrazarla. 

- ¡Vamos! Debes arreglarte para la corte lunar. 

- Ayúdame a escoger la ropa, por favor. Eres bastante buena en eso -dije haciendo un puchero. 

Y así, mi madre optó por un vestido lunar que refleja la pureza y elegancia de la noche. La falda, amplia y etérea, cae en capas suaves que se desplazan con cada paso. El corpiño, ajustado y adornado con detalles de encaje lunar, realza la silueta de manera delicada. La paleta de blanco, como la luz de la luna, predomina en toda la prenda. Bordados sutiles, que capturan la esencia de la magia nocturna, se entrelazan con la tela. Un toque celestial se manifiesta en pequeños adornos con forma de estrella que destellan discretamente. En conjunto, es un vestido que emana elegancia lunar, preparándome para adentrarme en la corte con gracia y confianza. Definitivamente fue una buena idea confiar en mi madre para escoger mi vestido. 

- ¡Está muy bonito! -exclamé emocionada. 

- Ven, haremos que una estilista arregle tu cabello. 

Así, nos dirigimos hacia la estilista, quien preguntó cómo me gustaría el peinado para empezar a realizarlo. Le expliqué que quería algo elegante, ya que sería un día importante, lo cual ella comprendió de inmediato y comenzó a peinarme.

Elegidos por los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora