Después de tanto tiempo

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Varios años después.

En la frontera yacía un gran puente donde había mucho derramamiento de sangre y el suelo consolaba el sufrimiento mientras las manchas de muerte tardaban en desaparecer, una guerra entre carteles por dominar nuevas tierras para expandirse. Nada bueno yace en la oculta humedad, La Scaloneta ansiaba sin duda alguna el tesoro de varios países para volverse ricos y demostrar el poder que habían adquirido en todo este tiempo, aunque claro, algunas veces fracasaban ante los agentes encubiertos que se colaban entre sus filas.

— Hemos ejecutado a los agentes y enviado una compensación a sus familias. Como ordenaste, Messi — expresó Scaloni con una expresión seria, el mencionado solo lo miró de reojo y soltó un largo suspiro.

Lionel Messi y Lionel Scaloni eran las cabecillas principales de aquella organización delictiva, ansiaban esos prados para poder respirar en paz. El cartel argentino era el más temido del mundo por su sangre fría, un gran dolor de cabeza para los agentes policiacos, FBI, CIA, INTERPOL ¡En fin! Cada que alguien de La Scaloneta era capturado, no dudaba en suicidarse para honrar a sus líderes que estimaban con cariño; la gran mayoría habían estado en la calle vendiendo sus cuerpos o careciendo de pan y agua hasta que ellos les daban una nueva vida obteniendo como pago su lealtad.

Sus negocios cruzaron el gran mar hasta llegar a España, Francia y actualmente Mónaco donde solicitaron oficiales mexicanos que habían enfrentado a los argentinos, eran pocos lo que habían sobrevivido y siempre se preguntaban ¿Cómo es que los dejaron con vida? No dudaban en activar bombas o realizar lluvias de balas; siempre se encargaban de borrar todo rastro que los llevaran a su captura.

Fue así como Guillermo Ochoa junto con su compañero Sergio Perez llegaron a Mónaco donde fueron recibidos por Max Verstappen, quién era el encargado de llevar el caso de distribución de drogas en dicho país soberano; un país que se jactaba de ser uno de lo más seguros, con impuesto a la renta personal nulo y donde se podían dar una vida de lujos, pero al mismo tiempo el costo de vida era muy alto, poco espacio en viviendas y escasa oferta laboral hasta que de la nada algunos ciudadanos sin empleo recibían dinero, la inseguridad fue en aumento y al investigar descubrieron una red de narcotráfico que llegaba desde Argentina y México.

— Bienvenidos chicos, nos iremos a la base central. — explicó Max mientras ingresaban a la camioneta, Guillermo solo admiraba la bella arquitectura de dicho lugar asombrado de tal belleza hasta que Sergio lo llamó.

— Camionetas blindadas... ¿Ya está el cartel invadiendo esta zona? — preguntó Guillermo.

— Si. Los vuelos de Argentina tuvieron un aumento significativo desde que ganaron el mundial el año pasado, sumando que hubo un tiroteos entre varios oficiales y los líderes del cartel... nadie falleció causando mucha sorpresa...— respondió Max inquieto.

— Lo hicieron para dar a conocer al mundo que están aquí... es algo normal... — interrumpió Ochoa atrayendo la atención de Max quién lo miraba de reojo sorprendido — un antiguo conocido esta dentro de la lista negra, igual que el cartel de la Scaloneta y es mayor que yo y bueno... al descubrirlo, tuve que pedir asilo en España durante un buen rato — explicó aunque evitaba recordar esos días en las playas yucatecas, cuando solo era un joven que creía haber encontrado una familia.

"Tan imbecil" pensó el rizado

— Por eso solicitaron que vengas ¿Cierto? — preguntó Max.

— Sí, Sergio igual está al tanto de todo este caso. Ambos carteles tienen conexión así que esperemos cerrar todas las redes de este país — respondió y el resto del camino se tornó silencioso.

Y Guillermo no pudo evitar recordar cuando conoció a cierto alfa, su destinado y su verdugo.

Lionel Messi miraba en silencio algunas familias caminar por el parque, los pequeños iban corriendo de un lugar a otro y escuchaban pequeñas risas. Añoraba tener una vida tranquila, libre de ataduras infernales, pero todo lo que amaba debía morir para no sufrir y evitar que corazón rompiera en mil fragmentos. No se le permitía ser feliz y vida delictiva conllevaba un gran riesgo y siendo el único alfa con un gran poder en el mundo oscuro, no renunciaría fácilmente a todo lo que había construido.

Su corazón se mostraba reacio de querer olvidar a ese joven mexicano, un precioso omega con cabellos rizados con quién por un momento visualizó una vida a su lado creando una familia y cuando descubrió los pasos de Rafael junto a los suyos ambos alzaron sus armas contra el joven quién por azares del destino, fue salvado por unos agentes encubiertos y terminaron por esconderlo en España donde pasaría unos largos años.

Juraba que aun después de tantos años mantenía su olor impregnado y le causaba una gran irritación ¿Cómo podría asesinarlo, aun teniéndolo resguardado en su corazón? Era la pregunta que le albergaba todos los días. Siempre espero que estos sentimientos se fueron, ha sangrado por tanto tiempo y quería parar todo esos sentimientos de alguna forma, siempre aparentaba destruir la soledad y ha intentado vivir de la mejor manera.

Su corazón no deseaba soltar por completo el recuerdo de aquel joven.

Se detuvo al ver como una pareja se besaba con tanto cariño y frunció el ceño mostrando su ira — Te voy a encontrar Guillermo y yo mismo acabaré con tu vida, mi sueño de una vida normal se irá contigo directo al infierno — expresó con enojo y se dio la media vuelta, Scaloni le miraba en silencio que bajo su mirada cuando sintió su fuerte aroma.

Todo lo que amaba tenía que morir.

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