Cuando inicias un proyecto en el mundo del comercio, más precisamente una PYME que posteriormente desemboca en convertirse en ser una buena empresa, tanto el lugar, como los medios de producción y el objeto con lo que comercias JAMÁS terminan siendo tuyos al 100%.
¿Por qué sucede esto? Pensémoslo desde la perspectiva del mundo de los juguetes. Tú sí o sí para la realización de aquellos juguetes tienes que adquirir la materia prima, por ejemplo el plástico, pues tu materia prima depende de la empresa y los trabajadores que se encarguen de su realización, tanto así algo como el plástico es algo que se obtiene mediante un proceso gracias al gas, el carbón, sal, petróleo y otros materiales.
¿Y... Si tengo empleados?
Pues, ellos son tan dueños como tú de la maquinaria con la que se ha trabajado, además de otros medios de producción, ya que los que se encargan de la realización del producto final que se pondrá en venta son ellos, y el producto sale como fruto de su esfuerzo y trabajo con las maquinarias que ponen en funcionamiento. Ahora bien, seguro piensas que su manipulación no los hace dueños, sino que es dueño de la maquinaria el dueño de la empresa. Entonces, ¿cómo te tomarías el hecho de que tenés razón, pero a la vez yo también? Porque en sí el dueño de la empresa es dueño de todo en sí: producto, maquinaria, lugar de trabajo... Pero a la vez, lo es el empleado, ya que se encarga de la producción del producto a través de los medios (ej: maquinaria), además de ser el encargado de generar ingresos y hacer que el capitalista reparta ganancias entre él y los demás trabajadores de la empresa.
En resumen, agradezcanle a ellos que tragan.