capitulo 6

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Después de 135 días de rodaje, el cansancio se acumulaba, pero también lo hacían los lazos de amistad entre los actores. Juani siempre con ocurrencias ingeniosas, propuso una idea que terminó siendo inolvidable: una pijamada en la sala de hospedaje. Habían amontonado colchones y frazadas, creando una cama improvisada que albergaría risas, confidencias y complicidad.

La noche anterior fue repleta de anécdotas y secretos compartidos en medio de juegos y risas. Ahora, en la mañana siguiente, mientras el sol comenzaba a asomarse tímidamente, Bayona y su equipo se dispusieron a documentar el peculiar despertar del grupo. Con cámaras en mano, grabaron cada momento lleno de autenticidad.

Eleonor y Enzo, sin darse cuenta de la presencia de las cámaras, compartían colchón en un abrazo protector. Bayona observaba con una sonrisa de orgullo, contenta de ver a su hija disfrutando de esos momentos de compañerismo. Una risa se escapó de sus labios al presenciar el gesto adormilado de Eleonor golpeando la cara de Matías mientras intentaba acomodar sus brazos. Matías, entre adormilado y divertido, abrió los ojos al sentir el golpe.

― ¿Qué... qué pasa?― dijo asustado

Al ver a Eleonor y Enzo dormir plácidamente, una sonrisa cómplice se formó en su rostro. Sin poder resistirse, Matías sacó su celular para capturar ese instante tan entrañable. Sin embargo, la mirada de Bayona lo detuvo, y, entre risas nerviosas, guardó el celular y cerró los ojos nuevamente.

 ― ¡Matías, eres un travieso!―dijo riendo

Bayona negaba con la cabeza, entre risas y asombrada por la espontaneidad de esos jóvenes actores. La complicidad y la camaradería que se respiraban en la sala eran el reflejo del vínculo especial que habían construido a lo largo de los meses de rodaje.

―este grupo es increible―  dijo Sofia, la chica de produccion 

Sofía se unió al grupo, contagiada por la alegría del momento, y juntos disfrutaron de la escena mientras compartían risas y comentarios. Aquel dia, grabada en imágenes y en sus corazones, se convertiría en un recuerdo imborrable de la extraordinaria experiencia que estaban viviendo.

Después de 140 días intensos de rodaje, el esperado momento finalmente llegó. El último corte resonó en todo el set, marcando el cierre de una etapa llena de esfuerzo, risas y aprendizajes. La explosión de aplausos y gritos inundó el lugar, creando una atmósfera de euforia compartida.

Eleonor, con lágrimas de emoción en los ojos, miró a su padre con un orgullo que desbordaba. Se acercó a él y lo abrazó, expresándole cuánto admiraba su labor y lo agradecida que se sentía por haber compartido esa experiencia juntos. Su padre, con cariño, acarició su cabello y le aseguró que también estaba profundamente orgulloso de ella, tanto como actriz como por su invaluable ayuda como su asistente.

La escena de cariño entre padre e hija fue interrumpida por los aplausos y vítores del resto del equipo. Eleonor y su padre se unieron a la celebración general. Los abrazos se multiplicaban, y las sonrisas brillaban en cada rostro. Eleonor abrazó con fuerza a cada uno de sus amigos, compartiendo la felicidad del logro alcanzado. Cuando llegó a Enzo, la emoción y la alegría se tradujeron en un abrazo apretado. Enzo, contagiado por el ambiente festivo, la levantó del suelo, girándola en el aire. Eleonor rió, contagiada por la energía positiva que inundaba el lugar.

Cuando finalmente la bajó, Eleonor, con una sonrisa radiante, depositó un beso afectuoso en la mejilla de Enzo, felicitándolo por el arduo trabajo y compartiendo el gozo del momento. La complicidad entre ellos era evidente, y el brillo en sus ojos reflejaba la conexión especial que habían forjado a lo largo de la filmación.

Eleonor estaba sentada en silencio, observando cómo se desmontaba el set. Enzo, al notar que estaba sola y parecía pensativa, se acercó y se sentó a su lado.

El hilo del destino(enzo Vogrincic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora