𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝙳𝙸𝙴𝚉

224 18 52
                                    

La idea del amor siempre ha sido ajena para Robin.

Es extraño para el pelinegro cómo una sola palabra puede abarcar tantos significados diferentes. Es extraño cómo se ha transformado y cambiado a lo largo de los años: desde amar a amigos y familiares hasta amar a una pareja romántica. Sin embargo, esto era algo que caracterizaba a su familia, casi ninguno de ellos podía sentir amor. Alexitimia. Eso es lo que tenían. Esta enfermedad está presente en personas que tienen dificultad para reconocer y expresar sentimientos y con frecuencia coincide con otras afecciones neurológicas subyacentes o trastornos de salud mental. Aunque no es inherentemente peligrosa, esta afección puede causar inadvertidamente problemas interpersonales y de relaciones. Así que fue un milagro que no aplicara a el. O no del todo, al menos.

La mayoría de las personas parecian estar más adaptadas para familiarizarse con el sentimiento pero su familia no estaba precisamente hecha para eso. Claro, las personas alexitímicas también se enamoran, también pueden amar, ellos sienten, tienen sentimientos, son felices, se emocionan y sufren al igual que cualquier otra persona, pero no saben como amar, son incapaces de expresar aquello que sienten y, a su vez, tampoco entienden los códigos emocionales de quienes les rodean, de ahí que en este tipo de relaciones afectivas habite la frialdad, la soledad y ese vacío afectivo donde se echan en falta palabras, miradas y los nutrientes emocionales más básicos. Entonces, tenía sentido que el no haya tenido mucha experiencia con ninguna de las varientes del amor, o muchas emociones complejas en general.

Robin no podía recordar si alguna vez se le diagnosticó aquello, pero sabía por parte de sus familiares que la mayoría lo tenía y su padre era uno de ellos, por lo que tendría sentido que el haya heredado la enfermedad, o al menos por la forma en que fue criado genia sentido que tuviera alguna de esas características, aunque podría no tenerla. El tampoco se esforzó por recordar, o confirmarlo con un profesional, simplemente dejo morir el tema, el simplemente no ama a muchas personas y no siente demasiado en la mayoría de ocasiones, y eso no significaba nada para el. Estaba bien. No tenia ningún problema con eso, aunque estaba seguro de que el no tenia alexitimia, por que a pesar de que compartía algunas similitudes con alguien que padece la enfermedad, el mismo no concordaba con todo. El aún podía expresarse. Le costaba, si, y era torpe cuando quería demostrar afecto real, pero aún podía hacerlo como cualquier otro, así que supuso que se debía más a como su padre lo crió.

Su madre también era un poco extraña en ese sentido, ambos lo eran, por eso formaban una "buena pareja" a pesar de que no se amaban. Puede recordar sus años mas jóvenes en los que pasó cuando era niño, escuchando a sus padres biológicos explicarle la clase de pareja que debía tener y como funcionaban las cosas para ellos: no importaba quién o que fuera, si lo quería, simplemente debía tomarlo, bastaba con tronar los dedos para que fuera su posesión, por que las otras personas no importaban, por que no existe una línea que diferencie un objeto inanimado de un ser vivo. Ambos son obstáculos en sus propias medidas y pensar en lo que un obstáculo quiere o piensa lo arruinaría, lo llevaría a la ruina inmediata al rebajarse por sentir demasiado, se volvería débil y sumiso, estaría anclado, lo que le obligaria a hacer cosas en contra de su voluntad solo por permitirse meterse una basura sentimentalista en la cabeza.

Se le enseñó que debía priorizar sus intereses, su seguridad y su salud, ponerse por encima incluso de sus padres biológicos. El debía ser superior y evitar relacionarse con inferiores, a menos que le beneficie. Y su pareja debía ser igual, o al menos lo suficiente como para que valga la pena desperdiciar su tiempo con el. Si... no fue el mejor ambiente para un niño. Fue duro, complicado, enseñó todas las cosas equivocadas y las correctas de manera incorrecta. Y la mansión Wayne tampoco fue mejor. Pero, incluso allí, el amor nunca pareció faltar, por muy retorcido que pudiera haber sido, al menos por parte de sus hermanos, a Bruce no le importaba mucho, no los consideraba hijos como tal y no eran tan compañeros, precisamente, ni siquiera Damián parecía ser tan importante para el hombre. Y eso no fue justo.

❝𝙲O𝙲𝙰I𝙽A❞ ⟦𝙱𝙸R𝙳FL𝙰𝚂H TTG⟧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora