Prologo

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-Un pitido ensordecedor...una nube de polvo y decenas de personas saliendo de las ruinas de lo que hacían unos minutos fue una base militar...las alarmas que indicaban un ataque aéreo estaban sonando muy lejos a los oídos de Nath...los gritos de dolor de muchos soldados y columnas de humo emergiendo del lado dónde estaba- ¡Nath! ¡Nath!- Llamaron las voces a lo lejos sin recibir señal alguna.

-Nath abrió los ojos con pesadez, no se podía ni siquiera mover ya que parte de la pared estaba sobre sus piernas y partes del techo estaba a nada de caerle encima, el agua fría de las tuberías caía gota a gota sobre su rostro despertándola y recuperándole la consciencia; aunque creía estar del todo consciente seguía escuchando las voces que la llamaba muy lejos y veía todo borroso.

-De repente sintió una mano jalarla- Наш лидер здесь!- Gritó el soldado que la había encontrado, sin dudarlo todos entraron a las ruinas corriendo para mover los restos de pared y techo que estaban sobre ella, uno de ellos la cargó en la espalda y la llevó de inmediato a dónde estaban los médicos militares para que la atendieran.

[. . .]

-¡Nath! ¡Estás bien!- Exclamó aliviado un chico que entraba con ropa de civil corriendo a la tienda de campaña militar, sin dudarlo dos veces la abrazó con fuerza y preocupación, los médicos no le impidieron quedarse y les dieron privacidad saliendo de la tienda al confirmar que Nath estaba fuera de peligro.

-Iván...-Musitó Nath con voz entre cortada y a la vez con la mirada clavada en el infinito- ¿Hemos perdido?- Preguntó dirigiendo su mirada vacía a el chico peliblanco que la tomaba por los hombros, sus ojos se clavaron en los ojos zarcos del contrario intentando buscar una respuesta en el.

-¿Q-qué?- Preguntó Iván confundido, ¿a Nath sólo le estaba importando la guerra? ¿acaso no se estaba viendo a si misma?, Nath estaba con su uniforme rasgado y sucio, en sus brazos tenía múltiples rasguños y hematomas y su pierna estaba vendada por causa de un esquince provocado por un bloque que golpeó su pierna, tenía la muñeca de su mano enyesada a causa de una fisura.

-¿Hemos perdido la ciudad?- Repitió Nath preocupada.

-N-no, de hecho las tropas se han resistido y han avanzado con todo, habéis ganado tres ciudades más y han tenido más de quinientas bajas en lo que duró el ataque- Respondió para tranquilizarla- Nath, vamos a casa, deja de estar en los frentes de batalla, es muy peligroso.

-No, no me puedo ir, no puedo estar en la comodidad de mi casa mientras estos soldados están pereciendo aquí- Afirmó Nath seriamente apartando las manos de Iván de sus hombros e intentando ponerse de pie sintiendo un dolor punzante al instante.

-No era una pregunta, nos vamos a casa- Ordenó una tercera persona que irrumpió entrando a la tienda de campaña con una voz grave y clara; Nath por un momento sintió su mirada borrosa y se frotó los ojos reconociendo bien que el alfa con uniforme de soldado de elite, era su padre que la observaba con rostro serio- ¿Acaso la orden que te di hoy no fue clara? ¿acaso no te dije que no vinieras?

-Papá, estoy bien, no me ha pasado nada.

-¡No te ha pasado nada hoy! ¡¿pero que hay de mañana?! ¡quizás mañana no la cuentas!- Exclamó molesto tomándola del brazo y sacándola de la tienda de campaña para llevarla al camión militar que ya la esperaba para llevarla a su hogar.

-Nath se soltó de un tirón y miró a su padre molesta- Me niego, no voy a subir a ese camión- Dijo con voz decidida a la vez que se cruzaba de brazos.

[. . .]

-Debiste obedecer a la primera Nath- Dijo el chófer del camión mientras la miraba de reojo.

¡Sociópata al mando!(omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora