1

1.5K 101 69
                                    

Enero, 2022. Granada, España.

—Apurate, _____— otra vez me estaba despertando tarde para la excursión de las sierras nevadas. Estoy visitando España, como unas minis vacaciones. —¡Dale!

—¡Ya va!— vieja impaciente. grite harta poniéndome un jeans mom y una remera manga larga. Mi vieja dice que allá va hacer más frío, incluso peor.
Me ate las zapatillas y corrí hasta la salida del cuarto.

—Tardaste un montón y ni se te ocurre peinarte.— mamá me pasó la mano por el pelo y se quedaba trabada.

Yo empecé a reír.

—Anda a peinarte, Celeste. —sabia que ya estaba de mal humor, todos saben cuándo su mamá está de mal humor. Yo me daba cuenta por qué me llamaba por mi segundo nombre. —tu papá espera abajo.

Corrí hasta la pieza y desconecte mi celular, agarre perfume desodorante, cepillo, cargador, rimel, auriculares, arqueador, una remera manga corta y un short por las dudas.

Volví con mi mamá y la vieja conchuda se fue, cerré la puerta y fui a perseguirla hasta el ascensor.

—¿Porque no me esperas?— dile molesta cerrando la mochila con mi cepillo de pelo en la otra mano.

—Por qué siempre tardas y estoy acostumbrada.

¿Y eso que tiene que ver?.

Mamá tocó el botón y el ascensor comenzó a bajar. Me estaba desenredando rápido el pelo, aunque tenga una re porra. El espejo del ascensor me ayudaba bastante.

Al llegar a la recepción salimos del ascensor y yo seguía peinandome, mi mamá sonríe a la rubia de recepción y ella se lo devuelve. Hasta que llama.

—¿Usted es Liliana, no? La del piso 9 cuarto... 505.—Dijo la gallega con la característica Z en cada palabra, que estrés.

—Sí. ¿Porque?—ese tono de mamá... No me gustaba.

—Los huéspedes del piso 10 se han quejado sobre gritos... Y ellos tienen que descansar —La rubia la miro, yo la mire y mi mamá me miró.

Mi instinto de supervivencia hizo esquivar a mamá y salir del hotel con papá y Mateo, mi hermano.

—¿Tardaste tanto para seguir negra y con cata de mono?— maleducado, yo decía eso y me corregían la mandíbula con un sopapo. Pero mis padres se pusieron blandos.

Me di cuenta que las madres, siempre van a preferir al hijo menor, no hija menor, hijo. Un hombre, siempre van a defenderlo y justificarlo, nunca les pegan cuando se portan mal, ni si quiera le gritan.

—Te voy a dar un voleo en el orto que vas a volver a la casa de la abuela. —dije pateandole la pierna.

—_____— dijo papá.

Cómo siempre, yo soy la maltratadora. Mateo es un ángel y yo soy una forra.

—¿y Liliana?

Cómo invocación mamá salió del hotel, echaba humo por las orejas.

—Se quejaron unos boluditos por qué siempre levantamos a gritos a Celeste. —yo entre al auto.

—Por fin alguien me defiende. —dije mirado al último piso del hotel.

—Cerra la boca, _____.

—Joder, tío. —solto Mateo, con una grúa de juguete en la mano.

— ¿Porque los de aquí hablan así?— hablo después de unos minutos mi hermano de 8 años.

—Por qué son retardados. —murmure abriendo mi mochila, guardando el cepillo y sacando mi celular.—Son los que nos robaron el oro y la plata del río de La plata.

actor's pet. Enzo Vogrincic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora