18: Hello again, Forks

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A V Y

Empecé a desear ver a Renesmee de nuevo, pero sabía que eso sería casi imposible. Por fortuna, logré llegar a un acuerdo con Alec, así que este fin de semana regresaría a Forks y volvería el lunes por la mañana.

Terminé de empacar mis cosas y vi como Demetri metía las maletas al auto. Alec me veía desde la última ventana del castillo y chocamos miradas por última vez. Él no iría conmigo. A pesar de que había tratado de convencerlo una infinidad de veces, rechazo todas mis propuestas y ofertas. El único que acepto ir conmigo fue Demetri.

Mi mirada fue hacia otro lado cuando sentí que alguien me observaba. Aro y Caius me veían desde la otra ventana, con su ceño completamente fruncido. Los ignoré y entre al auto cuando el rubio me abrió la puerta. El motor se encendió y el auto se puso en marcha. Observé a Alec una última vez y luego mi mirada se posó en la ventana. Empezaba a mirar los árboles que dejábamos atrás y también como empezábamos a dejar atrás el centro de Montepulciano.

- ¿Ya te arrepentiste? -Cuestionó el chico que iba a mi lado manejando.

Mis ojos chocaron con los suyos.

- No.

- Es obvio que si. Pero tranquila, tu príncipe azul no se irá.

«¿A dónde se suponía que iría?»

Puse los ojos en blanco y mi mirada se volvió a posar en la ventana del auto. Saque mi libro de la mochilita negra que Jane me había obsequiado hace unos días y puse toda mi atención en aquellas hojas. De reojo vi que el rubio me seguía observando, pero lo ignoré y me perdí en el libro.









Vi el cartel de "Welcome to Forks, Washington" y esbocé una pequeña sonrisa. Mis padres ya tendrían que estar aquí desde hace una semana, pues les había avisado hace casi dos semanas que estaría un fin de semana en Forks.

Pasamos por la antigua cafetería donde aveces solía ir cuando vivíamos aquí. Iba con Tanya para escuchar los chismes de la gente, obviamente no comíamos nada. Todavía recuerdo a la perfección cuando una señora le estaba contando a su amiga que se divorciaria porque ella le había sido infiel con su mejor amigo y él con su supuesta amiga. ¿Interesante, no?

«En ese entonces para mí era interesante»

Entramos a la privada de los Cullen y vi a Bella con Renesmee. Ambas nos esperaban en la entrada. Sonreí y las saludé con un gesto. Demetri se estacionó y rápidamente me abrió la puerta del auto. Corrí en su dirección y sentí un poco de paz cuando abracé a Renesmee. Mis brazos la envolvieron con un poco de fuerza y cerré los ojos por unos segundos. Cuando volvió a abrirlos, mi mirada choco con la de Bella y ambas sonreímos con nostalgia. Me separé un poco de Renesmee y mire a Demetri cuando empezó a sacar las maletas de la cajuela.

- ¿Dónde dejó esto? -Le pregunto el rubio a Bella, con una mueca.

Vi una silueta en la ventana y mi mirada se encontró con la de Edward. El cobruzo salió de la casa a pasos largos y se acercó a su esposa y a su hija.

- Puedes dejarlas en la habitación de arriba. -Respondio Edward, con un tono de voz indiferente.

Demetri asintió lentamente y me miró por última vez, antes de subir volando al balcón con las maletas de ambos en mano. Todos lo miraron mal e hice una mueca de desagrado para darle a entender que se comportará desentemente.

- ¡Demetri, para eso existen las escaleras! -Le grité desde abajo, mirándolo mal.

El chico me ignoro y puse los ojos en blanco. Volví a mirar a aquella pequeña familia y les sonreí. Bella me hizo un gesto para que entramos a la casa y yo los seguí. Las luces estaban apagadas, pero aún así seguía viendo la silueta de Renesmee frente a mí. Los seguí hasta la sala de estar y vi a alguien escondido atrás de un sofá. Las luces se prendieron y mi familia y los Cullen gritaron al unísono: ¡Sorpresa!

Right person, Wrong time  | Alec V.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora