Capitulo 2

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Una vez que Derek Hale llego a lo que parecía su hogar, el hombre no podía evitar dejar de pensar en la mujer que había visto en el bosque. Seguía igual de hermosa tal como la recordaba, pero a lo que aún no encontraba explicación era a como sobrevivió al incendio del que alguna vez fue su hogar.

Sabía con precisión que la mujer estaba hospedada en la casa de Scott McCall, era demasiado obvio. Sin perder ni un segundo más, el hombre entro a una habitación, forzó la cerradura de esta sin esfuerzo y observo todo con detalle, sintiendo que sus recuerdos volvían como avalancha. Había fotos un poco quemadas, cuadros y vidrios rotos... Sabía con exactitud que esa habitación era la más intacta de aquel lugar. En el suelo había una foto caída, una que lo hizo sonreír por primera vez después de todo esto y que lo hizo tomar conciencia de algo...

Recuperar la confianza y el cariño de Alexandra McCall.

Lexie se había puesto a la última manta, el frío que tenía definitivamente no era normal

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Lexie se había puesto a la última manta, el frío que tenía definitivamente no era normal. Melissa estaba de turno en el hospital y Scott en la veterinaria trabajando, estaba sola. Escucho un ruido en la ventana por lo que se levantó para revisar dándose cuenta de que la ventana estaba abierta, soltó un bufido cerrando la ventana girándose para ver a Derek Hale quien estaba allí entre la oscuridad.

—Te ves patético intentando parecer sombrío, ¿sabes? —Empezó Lexie prendiendo la luz de la habitación. —Eres consciente de que no te quiero aquí, ¿verdad?

El pelinegro se acercó a Lexie ignorando olímpicamente todo lo que dijo. Se sentó a los pies de la cama de la mujer, observando cada acción que ella hacía y sintiendo a kilómetros el disgusto que tenía por tenerlo ahí.

—¿Cómo estás, viva? —pregunta de una vez por todas haciendo que la pelinegra lo mirara. —Te creía muerta, Alexandra.

La mirada de la mujer cambio increíblemente, su rostro ahora era melancólico y su labio inferior temblaba levemente. Se sentó junto al hombre sin dirigirle la mirada, comenzando a jugar con sus propios dedos.

—Talia me sacó de allí en cuanto el incendio creció. —Explico con voz algo quebrada.

Derek, sin saber qué decir, trago grueso y después dijo:

—¿Algún día podrás perdonarme? —Pregunta haciendo que la mujer lo mirara de inmediato mientras una lágrima caía por su mejilla.

—Es complicado, ¿sí? Vete. —Pide en voz baja, a lo que el pelinegro se niega completamente.

—¿¡Por qué es tan complicado!? —Exclamó.

—¡No lo sé! —Grita Lexie con sus emociones mezcladas. Derek se pone de pie con suspiro algo triste que hace que la mujer lo mire. —Lo que me hiciste no tiene perdón, Derek Hale. Me prometí a mí misma no volverte a ver, que sería más fácil olvidarte y mírame hecha mierda.

No podía describir nada más gracias al nudo en su garganta. Sin entender por qué el hombre había venido, le preguntó:

—¿Solo has venido a eso? —Derek la miró. —¿A pedirme perdón?

—No, Lexie.

—¿Entonces?

—Te extrañé.

Se limpio el maquillaje corrido con ayuda de un paño húmedo y se dio una larga ducha pensando en un montón de cosas

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Se limpio el maquillaje corrido con ayuda de un paño húmedo y se dio una larga ducha pensando en un montón de cosas. El odio tenia una pequeña lucha contra el amor que le tenía al pelinegro. El sol había iluminado su rostro en cuanto salió de la ducha por lo que soltó un quejido de molestia por eso.

Llego en su auto a la escuela de Beancon Hills, donde estudia su sobrino. Al bajarse saludo a un par de profesores que le dieron clases años atrás y camino a los campos de Lacrosse al hacerlo pudo ver Finstock quien entrenaba a los muchachos. Una vez que el hombre la vio sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas. Llevo el silbato a su boca y el pitido se escuchó haciendo que Lexie haga una mueca.

Scott se giro de inmediato al ver a la mujer y ladeo la cabeza confundido, pero luego el entrenador comenzó a hablar.

—Muchachos reunión rápida. —Exclama haciendo que el equipo entero se reúna con confusión. La McCall mayor se acerco a él con una sonrisa ladina. —¿Saben quién es ella?

La emoción con la que el hombre pregunto hizo que Lexie riera levemente, un par de silbidos y murmuros se escucharon en cuanto se acercó.

—Ella es una de las mejores jugadoras de Lacrosse de su época. —Exclama emocionado a lo Lexie niega divertida. —Y nuestra nueva segunda entrenadora.

Silbidos y aplausos de felicidad comenzaron a oírse de los jugadores, definitivamente se mostraban muy felices por tener a la chica en frente.

—¡Muy bien caballeros! Como el entrenador a dicho, seré su segunda entrenadora. Mi nombre es Alexandra McCall.

Una vez dijo su apellido los jugadores miraron a Scott quien estaba boquiabierto por la información que acababa de recibir.

—Hey. —Exclama llamando la atención de todos. —¿Hay preguntas?

Unos cinco o seis levantaron la mano, la mujer rio divertida.

—¿Qué edad tiene? —Pregunta uno de los jugadores.

—Mmm fuera del alcance de todos. —Se encoge de hombros.

—¿Es usted familiar de Scott? —Pregunta uno de ellos. Lexie miro a su sobrino y este simplemente le sonrió.

—Soy su tía. 




I'm baaaaaack. 

Hello, aqui ando volviendo con esta historia. Capitulo corto de muchos largos. 


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⏰ Última actualización: Jan 17, 2024 ⏰

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𝐌𝐈𝐒𝐓𝐄𝐑𝐘 | 𝐃𝐞𝐫𝐞𝐤 𝐇𝐚𝐥𝐞¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora