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Alvida:Gane~ y es hora de reclamar mi premio jeje~-Dijo mirándolo sonrojada, con una sonrisa en sus labios y el rostro ensangrentado-
Luffy:¿Que es lo que quieres?-Dijo cansado y triste por haber perdido la pelea, fallandole a su amigo Coby-
Alvida:A ti~-Le dijo señalandolo-
Luffy:Ya te dije que no me voy a unir a tu banda de matones-Se nego por tercera vez-
Alvida:No lo decía de esa manera~-Le susurro al oído del chico-
Luffy:¿Y que...-Fue interrumpido por unos labios posándose sobre los suyos fundiéndose en un beso salvaje-
El pelinegro estaba en shock era la primera vez que alguien lo besaba, no le estaba gustando su boca sabía a tabaco mezclado con sangre y sudor.
Trato de quitarla, pero su intento fue en vano ya que la matona lo agarro por sus muñecas inmovilizado ambos brazos del muchacho.
Alvida:¿Por qué te resistes?-Le pregunto al romper el beso-
Luffy:No quiero hacerlo...-Le dijo mirándola a los ojos-
Alvida:¿Ah si? Tu amiguito dice lo contrario~-Dijo empezando a frotar sus intimidades, logrando que el chico se excite poco a poco-
Luffy:¡Mierda!-Se quejo de que sus instintos lo estubieran traicionado-
Alvida:¡Vamos! No hay nada mejor que el sexo después de una buena pelea...y hace mucho que no tenía una buena pelea~-Le susurro sensualmente al oído y comenzó a besarle el cuello a nuestro protagonista-
La mayor lo tenía sometido a su voluntad, cada intento de escapar solo hacia que la matona se excite cada vez más, con sus dientes arranco los escasos pedazos de tela que alguna vez fueron ropa de Luffy dejando su torso expuesto.
Alvida:Estás bien trabajado~-Se mordió el labio inferior y comenzó a degustar cada parte del chico, empezando por su cuello, el pecho y finalmente su abdomen-
No podía explicarlo, el sabor a sudor mezclado con la sangre del chico era embriagador, se detuvo al encontrarse con unos molestos pantalones que le impedian el paso a su tan ansiado premio.
Alvida levantó la mirada viendo al chico con los ojos cerrados y gimiendo levemente, parecía estar gustandole.
Alvida:Voy a soltarte, no intentes nada o te daré otra paliza-Lo amenazo al pelinegro-
Y así lo hizo, soltó al muchacho ya que necesitaba sus manos para quitar sus prendas superiores y quedar igualados.
Nuestro protagonista abrió los ojos como platos al ver como la matona se quitaba el sostén, sus enormes pechos rebotaron al momento de ser liberados y quedaron en un movimiento que fue imnotico para el chico.
Alvida:¿Son enormes verdad?-La chica comenzó a masajearlos, sonriendo al notar como algo entre sus piernas aumentaba de tamaño-
La matona se inclino hacia delante, poniéndole sus mamas en la cara del chico forzandolo a qué las succiones.
