Come to me

2

Os parecerá que todo este rollo de amor a primera vista, caer rendido en cuestión de segundos, etc., son puras patrañas. Que es una absoluta tontería y más para alguien que ha perdido casi cualquier tipo de esperanza en encontrar el amor. Pero la verdad, es que esa no era la primera vez que se fijaba en el presidente de la clase. Se podría decir que incluso antes de terminar su cuarta relación, el mayor ya le llamaba la atención. Y no es que Kim no quisiera a su pareja, es solo que había algo en el castaño que lo atraía y le hacía fijar la mirada sobre él. Como un imán. Así lo sentía Sunwoo.

Con el corazón a mil y la vergüenza visible en su sonrojado rostro, el moreno salió corriendo lo más rápido que sus piernas le permitían, encerrándose en el primer cuarto oscuro que vió y rezando porque nadie lo encontrara hasta el día siguiente.
Su mente no paraba de dar vueltas a todo lo que acababa de pasar: desde que sujetó a Changmin, hasta que le devolvió los restos de sus gafas.
Eres un torpe— se dijo a sí mismo. Con frustración se frotó el rostro. Ya no quería ir a clase y tener que enfrentarse a todos los que habían presenciado cómo salvaba al presidente de caer de bruces.

En verdad, no tenia ni idea de cómo había pasado, solo lo vio y simplemente lo agarró. — ¿En qué estaba pensando?...

Se mantuvo unos minutos más dentro del cuarto y una vez terminada su drama, decidió que era hora de hacer frente al mundo. Con decisión salió al pasillo, pero no llego ni a dar el primer paso, cuando a lo lejos vio a alguien con quien deseaba no encontrarse jamás. Con una voz angelical y una apariencia de ardilla, su exnovio, bueno, uno de ellos; Han Jisung, quien le engañó.
Con pánico y nerviosismo volvió a meterse dentro y espero unos minutos hasta que oyó las pisadas y voces alejarse... o eso pensó, pues nada más abrir la puerta, dos personas chocaron con él, provocando que los tres cayeran al suelo.

Y ahí estaban los tres. Dos de sus ex, que ahora eran pareja, y él. Vaya situación maravillosa para reencontrarse con las dos personas que más roto dejaron su corazón. El ambiente se notaba pesado y el silencio lo hacía todavía peor. Las miradas entre ellos no paraban, iban de Sunwoo a Jisung y después a Minho, y de vuelta a Sunwoo. Así se mantuvieron durante unos cinco minutos, que para el moreno fueron horas. Si cabeza daba vueltas, no podía concentrarse en nada, y entonces su salvación llegó.
Una chica de pelo largo y piel porcelana como una muñeca, abrió la puerta un poco desorientada.

— Hola amor, qué sorpresa verte aquí — sin pensarlo, si boca fue más rápido que si cerebro y no pensó lo que acaba de decir.
Ahora ella era su salvación, pero más tarde sería un problema, o más bien otra situación incómoda.
La chica se quedó todavía más confundida. Nadie sabía que estaba pasando. Rápidamente Sunwoo se levantó y agarró su mano dejando sorprendidos a todos. No sabía que hacía, solo no quería que los otros pensaran que había superado ya ambas relaciones y que estaba todo bien. — ¿No tienes clase ahora? — la rubia solo le miraba sin decir nada. — vamos te acompaño... adiós chicos, os dejáis el cuarta para vosotros. — Les sonrió falsamente y salió aún agarrado de la manso de la chica.

Cuando se alejaron un poco, giró levemente la cabeza para asegurarse de que no les veían, entonces pudo soltarse de ella y explicarle todo. Podría haberlo hecho si nadie les hubiera interrumpido.

— ¡Minnie! — Changmin iba hacia ellos — oh, hola Sunwoo. — le regalo una sonrisa brillante, antes de volver a su objetivo principal. — Toma — le extendió un libro — te lo dejaste en casa y mamá me dijo que te lo trajera, pero no te he visto hasta ahora. Espero que no hayas tenido problemas por esto.

La rubia simplemente agarró el libro y agradeció.

— Ay si, no os he presentado, aunque parece que ya os conocéis... — se rascó ligeramente el cuello — ella es Minnie, mi hermana pequeña. — la señaló y luego al moreno. — Sunwoo, un compañero de clase. — La chica miro con ojos curiosos, cosa que no había hecho hasta el momento por lo raro de la situación anterior y mostró una pequeña sonrisa.
— ¿Y de que hablabais? — no era por ser entrometido, solo que era raro encontrar a su hermana hablando con alguien de dos cursos más alto, que ella.
"Nada", quiso decir Kim.
— Al parecer estamos saliendo...— fue la respuesta que se escuchó.

Y de nuevo una situación incómoda y silenciosa.

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No sé qué acabo de escribir, como sea. Espero que os guste :))