son las 9:51 y rezo por mi

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Estoy cansada.

Mis brazos gritan dolor.

De tanto nadar en aquel océano de sufrimiento.

Todas las noches cuando el océano se pone helado, al punto de congelar mis huesos y detenerlos.

Le rezo a luna para dejar de amarte.

Le rezo a las estrellas que desaparezcan porque cada una de ellas me recuerdan al brillo que tenían tus ojos cada que me veías.

el ardin de los sentimientos bipolares Donde viven las historias. Descúbrelo ahora