𝗙𝗮𝗹𝗼𝗳𝗶𝗹𝗶𝗮 ୨୧ 𝖩𝖾𝗈𝗇𝗀𝖢𝗁𝖾𝗈𝗅

𝙏𝙝𝙚 𝙧𝙚𝙖𝙡 𝘾𝙝𝙤𝙞 𝙎𝙚𝙪𝙣𝙜𝘾𝙝𝙚𝙤𝙡

―¡Y Shua me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos en la piscina!, pero me mintió...― bufó JeongHan, cruzándose de brazos. SeungCheol rió.

―Seguro Joshua tampoco tenía idea de que las hormigas no iban a crecer si se arrojaban a la piscina― articuló SeungCheol, con la vista fija en la carretera.

―Shua siempre me miente... pero lo amo... es mi mejor amigo― empezó a balbucear el rubio, soltando pequeñas risitas―. Pero Cheol... no te pongas celoso. Yo también te amo a ti.

SeungCheol no dijo nada, pues su vergüenza no le dejaba.

―Es ahora cuando me dices que tú también me amas, Cheol― le recordó JeongHan, sonriendo ampliamente, pero sin mostrar sus dientes. Ante la mirada de cachorro y sus preciosas mejillas levemente rojizas, SeungCheol simplemente no pudo negarse.

―También te amo, Hannie― murmuró, sonriendo, ruborizado.

JeongHan se calló en ese momento y los que siguieron después y SeungCheol lo agradecía, pues no quería tener que morir de la vergüenza por otras cosas que se le pudiesen salir a JeongHan en ese estado de ebriedad, donde parecía no tener filtro alguno a la hora de hablar.

Un par de minutos después, ambos estaban frente a la casa de SeungCheol, quien hace tan sólo un par de meses vivía solo con su hermano menor, Chan, quien le había recibido con los brazos abiertos cuando volvió del intercambio estudiantil en Estados Unidos. Sus padres le habían pedido que volviese a Daegu, pero SeungCheol prefirió vivir con su hermano en Seúl y, después de conocer a personas tan fantásticas como las que ahora eran sus nuevos amigos, no se arrepentía de su decisión.

Salió del auto, pensando que tendría que abrirle la puerta a JeongHan y llevarlo él mismo hasta el interior de la casa, pero se sorprendió en cuanto el menor abrió la puerta y salió por su cuenta, caminando entre tropezones hasta la entrada.

SeungCheol le siguió rápidamente, posicionándose a su lado.

―¡SoonYoung! ― gritó JeongHan, deteniéndose unos metros antes de llegar a la puerta.

―JeongHan, SoonYoung no se encuentra aquí, esta es mi casa― le hizo saber SeungCheol, parándose frente al de mechón blanco, quien le miró con el ceño fruncido.

―¿Por qué me trajiste a tu casa? ― preguntó JeongHan, enarcando una ceja.

―No tenías donde dormir. Yo me ofrecí para darte hospitalidad porque sé que mi hermano no pasará aquí la noche, además, a él no le molestará― explicó SeungCheol, esperando a que JeongHan le entendiese. Éste sonrió.

―Si querías que durmiera contigo no tenías que inventar una excusa...― JeongHan hipó―. Yo hubiese venido si era contigo... sin importar nada.

SeungCheol sintió calientes sus orejas.