1: Sensual touches.

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Sentada en la esquina de un bar, sola, bebiendo desde hace ya unas horas y dudando si acercarse a alguien o no.

Natasha alza la mirada de su vaso vacío y ve que una hermosa castaña se está acercando a ella sonriente.

¿Qué hace una bella mujer como tú sola? – Le preguntó la desconocida parada a su lado – ¿Esperas a alguien?

No... – Natasha le respondió insegura, ya que hacía tiempo que no hablaba con una hermosa mujer.

Me alegro – Se sienta a su lado – ¿Tienes nombre?

Natasha...

Natasha... – Suspira – Bello nombre para una bella mujer – Apoyó su codo en la barra y sonrió.

¿Cuántas copas llevas? – Le preguntó Natasha.

Bastantes diría yo – Se rió – Pero eso no evita que note tu hermoso ser – Comenzó a acariciar el brazo de Natasha.

Okay, linda. Ya me diste a entender tus intenciones... Pero, ¿me dirás tu nombre primero? – Le sonrió de lado.

Wanda... – Susurró cerca de ella.

Bonito nombre.

Gracias... Pero, basta de cumplidos, ¿no? ¿Bailarías conmigo? – Wanda acarició su pierna descubierta mientras acercaba su rostro al de Nat.

Si sigues con esos toques, es imposible decirte que no – Tomó su mano lentamente.

Wanda no dijo más nada y se la llevó atrás de ella hasta la pista de baile. Había mucha gente en el lugar, por lo cual bailaron lo más juntas que se podía. El lugar estaba bastante oscuro y había muchas luces pequeñas de colores que alumbraban en movimiento por todas partes.

Wanda llevaba ya unas cuantas copas y el alcohol le estaba haciendo efecto desde hace ya un buen rato y aunque Natasha también había tomado una buena cantidad de alcohol, tenía resistencia, ya que aún no le hacía efecto.

Pero no tuvo mucha resistencia a los sensuales toques de Wanda. Ya que en cuanto la castaña comenzó a pasear las manos por su cuerpo y apretar ligeramente sus muslos medio descubiertos, la pelirroja no pudo evitar llevar su rostro al cuello de la chica y besarlo.

Al sentir los labios de Natasha en su cuello, llevó su mano a la nuca de la pelirroja y cerró los ojos, con la otra mano, Wanda juntó su cadera a la de Nat y se siguieron moviendo con la música.

Todo el alcohol que corría por sus venas, elevó sus hormonas al límite y a pesar de ser unas completas desconocidas, ambas se vieron a los ojos y la conexión entre ellas se hizo evidente. Wanda juntó sus labios a los de Natasha y sus manos no podían dejar de tocarse entre ellas. El alcohol no dejaba de tomar el control de sus cuerpos.

Sin esperar más ambas salieron de ese bar y se dirigieron a un motel que estaba en esa cuadra.

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Bragas, brasieres y vestidos volaron por la habitación, y ambas consumaron su "amor" en la cama del motel.

Entre beso y beso, gemidos de placer llenaron la habitación, sin importar si alguien las oía. Y, entre toque y toque, descontroladas y desesperadas por los efectos del alcohol, llegó el primer orgasmo de la noche.

Esa noche, que fue la más larga y placentera de sus vidas, continuó sin cansancio y gracias al licor, las dos querían más y más. Tenían sed de la otra y querían probarse hasta lo último de ambas.

La suave piel de Wanda sobre la cálida piel de Natasha avivaba ese fuego que reinaba en sus cuerpos y sus hinchados labios no dejaban de probarse.

Sus sexos calientes por la fricción del movimiento de sus caderas cansadas, no evitaba que se siguieran moviendo y alimentaran su lujuria, que por cierto, ninguna de las dos había tenido tanta hasta ahora.

Natasha sentía las manos de Wanda sobre sus senos y no podía evitar sonreír y gemir por esos toques tan bien hechos por parte de la castaña.

Sin duda, para Nat, esa fue la mejor noche de su vida, obviamente olvidaría a Wanda al día siguiente, pero lo que pasó no se le iría de la cabeza.

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Wanda abrió los ojos y vió a una pelirroja a su lado. No pudo ver su rostro, ya que tenía la cara hundida en la almohada. Tampoco podía recordar lo que pasó la noche anterior ni quién era esa chica, pero al ver sus cuerpos desnudos y todas las marcas que había en ellos, fue evidente lo que hicieron.

La castaña se levantó despacio de la cama, con cuidado de no despertar a la chica con la que se había acostado y se puso a buscar su ropa que estaba por todos lados. En cuánto encontró todo, salió por la puerta de la habitación y rápidamente se alejó del motel, para regresar a su casa, en donde la estaba esperando alguien.

Luego de unos minutos, Natasha despertó, con una increíble jaqueca. Se sentó en la cama y refregó sus ojos. Miró a su costado y no había nadie a su lado, pero lo hubo, al ver sus marcas recordó que estuvo con alguien, obviamente no había tenido sexo sola. Recordaba su rostro borroso y no se acordaba de su nombre, pero se acordó de una mujer castaña que la hizo sentir como nunca antes lo hizo alguien. Natasha no pudo evitar sonreír. Hubiera querido que la castaña desconocida se quedara acostada a su lado o al menos que se hubiera acordado de su nombre.

Ambas siguieron con su día luego de eso, pero ninguna de las dos se olvidó de lo que pasó en la noche anterior. Por supuesto, debido a las grandes cantidades de alcohol que las dos habían consumido, no podían recordar todo.

Tanto Natasha como Wanda, se acordaban de lo que hicieron pero no recordaban a la persona con la que estuvieron. Tenían recuerdos muy borrosos...

Para Natasha, esa fue una nueva experiencia y aunque para Wanda no lo fue, ambas se sintieron especiales y diferentes durante esa noche.

Pero ese no fue el final de su historia. Ellas no sabían que el universo estaba a su favor y que sus caminos se volverían a encontrar, pero en circunstancias diferentes.

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Holis, bienvenidos a este nuevo fanfic. Espero que les guste y los invito a leer los otros que tengo.

Gracias por interesarte en esta historia y agradeceré sus votos y comentarios.

- Ms. Maximoff. ⭐

Law and Love | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora