6. Por amor o por venganza

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Maude Ivory despertó cubierta de serpientes debajo de un gran árbol varios días después. La Bandada pensaba que habría muerto, o que quizás habría vuelto al 12, pero seguía en el bosque.

—Tienes suerte de que estas pequeñitas te hayan encontrado, te habías desmayado en el bosque.

Se frotó los ojos incrédula, no había encontrado a Lucy Gray, sino que Lucy Gray la había encontrado a ella. Un abrazo entre lágrimas después, empezaron a comer como si llevaran meses en ayunas. Ardilla asada. Para algunos un plato poco apetitoso, para aquellos que han vivido en la Veta, un manjar.

—¿Crees que todo esto te ha pasado por amor? —preguntó Maude Ivory mientras terminaba su ración de comida— Si es así, no pienso enamorarme nunca.

—Dicen que las cosas que más amamos son las que nos destruyen. A veces creo que amaría una y otra vez sin importar el precio a pagar. Otras sólo quiero olvidar, pero a lo que más vueltas le doy es... a si me equivoqué. Tantos días sola en el bosque me han llevado a reflexionar mucho. Algún día te contaré toda la historia —Lucy Gray se levantó en busca de agua.

—¿Por qué no ahora? —La curiosidad de Maude Ivory se imponía a su responsabilidad de avisar al resto de la Bandada de que estaba a salvo y con la misión cumplida.

—Porque todavía duele demasiado, pero pronto, si quieres, podremos cantar sobre ello.

La "Balada de Lucy Gray", esa era la canción que los sinsajos debían replicar como señal de que la estrella de la Bandada estaba localizada, pero pasaban los días y no se oía nada. Lucy Gray le pidió por favor a Maude Ivory seguir desaparecidas un tiempo, no quería dar explicaciones ni contar su historia, la traición de Coriolanus todavía era reciente y temía que su familia creyera que era débil.

—Pero no lo entiendo —insistió Maude Ivory— Cuando Billy Taupe te traicionó, tomaste la justicia por tu mano, de alguna forma obtuviste venganza.

—Cada amor es distinto, este es intenso— Ambas contemplaban el lago desde la orilla opuesta a la cabaña. Sabían que podían ser vistas, pero ya eran más de las 12 de la noche y pensaron que no habría motivo alguno para seguir escondidas a esas horas.

—¿Es intenso?

—Era intenso, nos salvamos la vida y a la vez nos destruímos. —Con los ojos llenos de lágrimas, Lucy Gray decidió levantarse y caminar sola por el bosque, sabía que debía hacerle frente a su vida y dejar de esconderse y decidió continuar con la historia.

—No sé si me duele más que me traicionara a mi, o que se traicionara a sí mismo. —Dijo antes de empezar a andar— Pensé que sería capaz de dar su vida por mi, yo lo era, pero en el momento de la verdad, fue la vida de otros lo que puso en juego y todo lo que creía saber de él se desvaneció.

Lucy Gray se introdujo en el bosque mientras Maude Ivory seguía sentada a orillas del lago. Minutos después se escuchó una ligera melodía. Lucy Gray estaba lista para reencontrarse con el resto de su familia.

Quedaban tres días para que la bandada decidiera buscar el distrito 13 aquella despejada noche.

—Creo que he oído algo —Barb Azure salió de la pequeña cabaña envuelta en una manta.

—¿Es Maude Ivory? —Preguntó uno de sus compañeros

—Es Lucy Gray

Al amanecer ya estaban todos juntos de nuevo, tanto Lucy Gray como Maude Ivory estaban agotadas de caminar, y el resto de la Bandada había pasado la noche en vela por la emoción. Todavía quedaba algo de pan endurecido en uno de los cajones de la cabaña, tras humedecerlo un poco Barb Azure lo puso al fuego hecho trocitos y mezclado con plantas silvestres. Ese humilde desayuno sería la primera comida familiar tras la desaparición de Lucy Gray, y aunque era humilde, sabía la felicidad.

—Quiero volver a verle, no sé si por amor o por venganza, pero quiero verle

Tras explicar toda la historia a la Bandada, Lucy Gray tomó la determinación de buscar a Coriolanus Snow para zanjar las cosas de una vez por todas. Se acabó el huir y esconderse, ya no quería ser vista como una superviviente sino como una luchadora.

A pesar de las restricciones, la Bandada nunca se había movido en lo legal, así que llegar al Capitolio no tenía por qué ser complicado. Había muchos trenes de mercancías que atravesaban los distritos, sin contar con los transportes de la guardia de la paz y el acceso exclusivo del alcalde a un coche para moverse por Panem.

—Creo que ya hemos hecho mucho por ti Lucy Gray —Barb Azure no se equivocaba, la estuvieron buscando durante días y Maude Ivory podría haber muerto en el bosque— Espero que no pienses arrastranos contigo hasta ese lugar. Queremos ir al 13. Formar parte de la nueva rebelión.

Lucy Gray no sabía cómo sentirse, no quería ser egoísta pero necesitaba el apoyo de su familia, aunque sabía que sería peligroso.

—¿El 13? ¿Queda algo de ese distrito en pie? —Se puso a la defensiva— ¿No crees que es igual de injusto arrastrar a Maude Ivory hasta allí sólo por tus convicciones?

Maude Ivory dejó de comer para decir una sola cosa.

—Yo quiero volver al 12, la mayoría de recuerdos felices que tengo están ahí, y me gustaría seguir creando más, quizás tener una familia, continuar compartiendo nuestras canciones, ir al lago de vez en cuando ¿es tan malo?

La Bandada la observó boquiabierta, ninguno de ellos se había planteado tener una vida tranquila y estable, o todo lo tranquila y estable que podía ser una vida en el Distrito 12. Sin duda sería vivir sin demasiados riesgos.

Sabían que ese día con ese tan esperado encuentro también sería una despedida, y esta vez, sería una despedida definitiva, pero decidieron dejar el drama a un lado y descansar antes de que sus caminos se separaran.

—¿Una última canción? —dijo Maude Ivory al resto con una cara triste pero llena de esperanza— Será la última, y será sólo para nosotros.

Pétalos de una rosa marchita (fanfic balada de pájaros cantores y serpientes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora