Comenzaba a anochecer cuando Coriolanus salió de casa. Antes de ir a la mansión de los Plinth, decidió pasarse por la biblioteca en busca de un par de libros recomendados por la Doctora Gaul. Aunque sentía rechazo hacia ella, no dejaba de ser una buena guía para alcanzar el éxito, por lo que Coriolanus decidió cuestionar sus métodos en privado y seguir sus consejos. El libro que buscaba era "Mutos en la era de la Rebelión" escrito por el antecesor de Gaul, un hombre al que ella mencionaba de vez en cuando al mostrar sus experimentos con animales. Se trataba de una guía que recopilaba no sólo todos los mutos utilizados en la guerra, si no también experimentos que fueron descartados y proyectos que jamás se llevaron a cabo.
Una vez localizado el libro, al ver que le sobraba tiempo hasta su cita con Strabo Plinth y su mujer, decidió explorar la biblioteca en busca de información sobre la creación de Los juegos del hambre. Su última charla con Casca Higbottom le despertó una gran curiosidad por la creación de los juegos y la participación de su padre en el proyecto. Eran pocos los textos que hacían referencia al apellido Snow, sin embargo, localizó un libro que llamó su atención. Tendría unas 200 páginas y parecía forrado de terciopelo. En dorado podía leer "Cuando la suerte está de tu parte: el caso de Los Décimos Juegos del Hambre". Era curioso encontrar ese libro, ya que todas las emisiones de aquel evento fueron borradas debido a las posibles sospechas de trampa y gran parte de los ciudadanos olvidó muy rápido todo lo ocurrido. El nombre de Lucy Gray Baird era un vago recuerdo para la ciudad.
Sin embargo, Coriolanus empezó a pensar que quizás algún día él sería más relevante de lo que su padre lo fue jamás. Sus manos volvieron a temblar cargadas de recuerdos, tomó el libro dejando un pequeño hueco en la estantería. Una oscura mirada ocupó el espacio vacío, había alguien al otro lado, alguien familiar.
Coriolanus dejó caer el libro impactado y pudo ver la contraportada "Victoria para el 12, el pájaro cantor que venció a las serpientes". Bajo el texto, una foto. «Es ella» Inmediatamente recogió el libro y corrió al otro lado de la estantería. «Tiene que ser ella» Pero era demasiado tarde, no había nadie en aquel pasillo y aunque buscó por todo el recinto, solo él se encontraba allí.
—Disculpe, ha visto a una jóven con el cabello largo y negro, los ojos oscuros...
—Jóven, aquí sólo estamos usted y yo desde hace más de una hora—Respondió la bibliotecaria en un tono amargo— Ojalá más personas vinieran a consultar la historia de Panem o a leer la maravillosa poesía de nuestros antecesores. De hecho, ya casi nadie lee poesía. El último libro del tema que alguien sacó de aquí fue hace un par de días, y mira que hacía tiempo que nadie sacaba un libro. En fin. ¿Se lleva estos dos? Dígame su nombre.
Coriolanus pudo ver la hoja de registros de la biblioteca, el libro que se habían llevado era "Canciones prohibidas de los distritos" pero no logró ver quién se lo había llevado.
—Si, estos dos, mi nombre es Coriolanus Snow —La bibliotecaria miró de arriba a abajo y observó el libro sobre los Décimos Juegos del Hambre. El amargor de su voz dio paso a un tono más amable.
—Co-ro-la-nus — Comenzó a decir en voz alta la bibliotecaria.
—Co-rio-la-nus— Corrigió.
— Snow. Oh ¡Snow! Tu eres...—Coriolanus cogió los libros con una sonrisa arrogante y llena de orgullo al sentir que la bibliotecaria le relacionaba con la victoria en Los Juegos del Hambre— Tu eres el hijo de Crassus Snow —Aquella sonrisa fue interrumpida por una mueca contenida— Tu padre y el mío fueron compañeros en su juventud, una pena que ninguno de los dos siga con nosotros, estoy segura de que se habrían reconciliado y les alegraría ver que nos hemos conocido. Aunque tampoco tuve mucho contacto con él en sus últimos años. Sus problemas con la morflina... Bueno creo que hablo demasiado. Mi nombre es Oniria, Oniria Higbottom, encantada Crolanus.
—Coriolanus —Volvió a corregir.
— Disculpa, bueno, tienes dos semanas para devolver los libros, espero volver a verte entonces.
Coriolanus no podía creer lo que acababa de vivir, ¿el decano Higbottom tenía una hija? No era la primera vez que debía interactuar con los familiares de sus víctimas, ya estaba acostumbrado a disimular frente a los Plinth, pero en esta ocasión sintió un extraño escalofrío. Se dirigió a la puerta de salida donde un coche le estaba esperando cuando escuchó una voz. Parecía una canción. El eco de la biblioteca amplificó el sonido, era como un canto de sirena que rebotaba y se repetía, como una bandada de sinsajos en el bosque del Distrito 12.
—¿Qué ha sido eso? —Gritó Coriolanus mirando en dirección a Oniria— ¿Estabas cantando?
— Mm no sé a qué te refieres, habrá sido el viento.
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Pétalos de una rosa marchita (fanfic balada de pájaros cantores y serpientes)
FanficTras la vuelta al Capitolio, Coriolanus Snow se encamina hacia su ascenso al poder como futuro presidente de Panem, no obstante los sentimientos aún latentes por Lucy Gray en su corazón le harán tomar decisiones que cambiarán el rumbo de su historia...