Una hora más tarde, el descanso por fin llegó y Vince ya estaba esperando en el patio. Hay bastantes clientes aún, por lo que Rody todavía está ocupado en atender a los últimos que llegan. Vince usa el tiempo para mentalizarse, aunque tiene algunos problemas.
Si bien ya tiene una idea de qué decir, no sabe cómo empezar. Toda esta situación de espera y estar sólo con sus pensamientos lo ha puesto nervioso, por lo que trata de controlarlo con nicotina. Ya van dos cigarrillos, y aunque logró tranquilizarse un poco, la ansiedad todavía insiste en permanecer.
Se entretiene mirando las estrellas por un rato y prestando atención a los grillos, todo parece estar en calma esta noche.
Ojalá pudiera decir lo mismo de él.
Honestamente, no recuerda que esto fuera tan difícil. ¿A dónde se fué toda esa valentía de hace un rato? Se supone que es un adulto, por Dios.
Para su suerte, no pasa mucho tiempo hasta que la puerta se abre y, finalmente, Rody aparece saludando. Vince, que ya logró recuperar la compostura, le devuelve el gesto con su expresión usual. La puerta se cierra y Rody se acerca a Vince.
— Perdón por hacerte esperar — se disculpa Rody con una sonrisa apenada — Estaba terminando de limpiar las mesas...
— Lo sé, no te preocupes — tranquiliza, terminando lo último de su cigarrillo.
— ¿Qué querías decirme? — pregunta con curiosidad. Vince no es el único que ha estado ansioso durante toda la última hora.
— Es sobre nosotros — simple y directo. Ya no hay ningún cigarrillo que pueda morder para distraerse, por lo que se cruza de brazos y mira a Rody a los ojos con toda la calma que puede reunir.
— ¿Nosotros?... ¿Hablas de nuestra amistad? — cree que es una pregunta lógica. Para su suerte, su voz, que se esfuerza por ser casual, logra esconder su nerviosismo.
— Sí, algo así... — Vince no logra mantener la mirada y termina desviandola. Quiere encontrar las palabras correctas pero su mente estúpida no colabora.
Sin embargo, parece que no va a necesitar improvisar, porque Rody se le adelanta.
— Si no te molesta... yo también tengo algo que decirte — Vince vuelve a mirar a Rody y esta vez no es él quien desvía la mirada. Rody se está rascando su nuca con ansiedad — Uh... A-A menos que quieras hablar primero, claro...
— No, no, está bien — se apresura a decir. Tiene curiosidad ahora, y bien podría aprovechar a ganar algo de tiempo — .Continúa.
Rody suelta un suspiro y vuelve a mirarlo con más confianza. Su postura parece relajarse y sus hombros dejan de estar tensos, Vince sigue su ejemplo inconscientemente. No se había dado cuenta que sus uñas habían estado marcando sus brazos.
— Recuerdas... ¿Recuerdas cuando te regalé el collar? — comienza con un tono suave y una ligera sonrisa. Vince asiente — Mi intención no era solo darte un regalo ese día, y si bien me hizo muy felíz poder llamarte mi amigo... No es lo que quería — se acerca más a Vince y toma una de sus manos pálidas, la extiende y la coloca en su pecho, justo sobre su corazón que late. A Vince se le corta la respiración — . Vince, no quiero que seamos amigos — dice en tono sugerente.
Oh.
OH.
Si antes a Vince le costaba encontrar las palabras, ahora su mente está en blanco.
Su palma extendida y sostenida por otra mano más oscura y más grande sigue en el mismo lugar, sintiendo la textura de la ropa, el calor corporal y los latidos frenéticos del corazón de Rody.
Vince se encuentra perdido en esa mirada, incapaz de apartarse. Los ojos claros y amables que lo observan le transmiten una maraña de sentimientos que no es capaz de expresar. Rody tiene el ceño ligeramente fruncido, con los pómulos sonrojados, sus facciones son serias e imponentes, pero sus gestos y caricias son tranquilas y cariñosas. Su cuerpo se alza sobre Vince sin ninguna intención de intimidar, su sombra cubriéndolo levemente.
— ... Tú... ¿No te das cuenta de lo que insinúas? — pregunta Vince en un susurro. Está sonrojado, muy sorprendido y todavía no cree lo que escucha — Somos hombres, jamás podrás hacer una vida normal conmigo — exclamó renegado y con cierta urgencia, esperando que Rody comprendiera en lo que se estaba metiendo. Si fuera por él, no le daría tantas vueltas y lo aceptaría, pero quiere escuchar lo que tiene que decir.
— Lo sé, y no me importa — Rody insiste, soltando la mano de Vince y dejando que vuelva a su lugar — . Vince, puede que nunca salí con nadie más que no fuera una mujer, pero de verdad, no me importa — reafirmó con seguridad — . Fuiste una de las pocas personas que me ayudó cuando peor estaba y... y la única que volvió a motivarme, a hacerme querer esforzarme por algo y vivir de vuelta... — hace una pausa y suspira, su mirada está cargada de anhelo y un fuerte deseo — ¿Qué importa si a otros no les gusta? — susurra — Quiero estar contigo...
Y eso fué todo.
Si Rody iba a decir algo más, Vince no lo sabe, porque al momento siguiente lo estaba besando. Ya no había necesidad de seguir escuchando nada, todo estaba más que claro.
Los brazos de Vince se engancharon en el cuello de Rody y se aferraron con fuerza, ambos cuerpos se juntaron y Vince fué aplastado en la pared, las manos de Rody encontraron su camino y apretaron la cintura de Vince con firmeza, empezando así un sutil juego de control en el que Vince no daría marcha atrás, por más poca experiencia que tuviese.
Sintiéndose más audaz, Vince muerde el labio inferior de Rody con los ojos cerrados, quien jadea y está felíz de invitarlo a su boca. Vince emite un murmullo de satisfacción cuando siente que las manos en su cintura se aferran con urgencia, él responde de la misma forma, tirando un poco del cabello rojizo.
Rody gana terreno y supera fácilmente a Vince, quien cede el control y se deja guiar por la tentación y el calor. Nunca sintió una experiencia como ésta que lo hiciera sentir tan vivo, que hiciera que su corazón latiera con tanta emoción, que lo dejara sin aire pero al mismo tiempo anhelando más. Su mundo de sensaciones no hace más que expandirse, pero hay otra cosa que lo sorprende más que todo.
Él puede sentir... está... está saboreando los labios de Rody.
Cuando se quedan sin oxígeno, ambos separan sus bocas pero permanecen sin soltarse del otro. En medio de la calma de la noche y bajo la luz de un farol, solo se escuchan los jadeos agitados, el latido rítmico de dos corazones combinados y el lejano sonido de los grillos.
— Rody... — llama Vince, parece pensativo, distraído. Su sonrojo se ha asentado más en su cara, sus labios también tienen más color ahora y hay un ligero brillo en sus ojos. Sus pupilas están dilatadas.
— ¿Qué?... — quiere prestar atención, pero se siente tan ligero. No puede dejar de ver a Vince y solo quiere besarlo de nuevo. La emoción nubla su mente y no siente que pueda detenerse. Está tan, tan felíz.
— Yo... Pude sentirte... Tu sabor — explica lo mejor que puede en su desconcierto, su respiración se calma un poco y mira a Rody con renovado deseo y urgencia — . Bésame otra vez — la exigencia se mezcla con la súplica, Rody no duda.
Ambos permanecen un rato más así, pasando de besos desesperados e impacientes de afecto, a besos tranquilos y despreocupados, dándose un tiempo para saborear y sentir al otro sin ningún miedo.
Entre besos y caricias, confiesan verdades y lo pactan con amor y cariño, como si fuesen de vuelta dos adolescentes enamorados. La luna y las estrellas son los únicos testigos esa noche.
Rody cree que podría morir felíz ahora mismo.
Vince cree que ahora su sabor favorito es el dulce.
***
¡Estoy de vuelta!, Dios, no creí que me costaría tanto éste capítulo jaja.
No era mi intención dejarlos con la intriga tanto tiempo, solo no lograban convencerme los borradores.
Pero al final salió tan empalagoso que quedé satisfecha jaja. ¿Qué les pareció?
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Lo que NO puedo decirte | Dead Plate
RomanceRody va a trabajar como mesero en un bistró para ganar dinero y termina interesandose en un chef. Vincent no está seguro de estar interpretando bien las señales y teme a las consecuencias de admitir su atracción. ACLARACIONES ...