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Al ver al qué más odiaba no pensaba qué se podía dañar más de la cuenta con su presencia. 

— No puede ser —, dice eso escondiéndose detrás de una de las personas invitadas. — ¿Como este idiota entro aquí??

Pero aunque se escondió el pelinegro lo vio y decidió acercarse.

— ¿Qué pasó? ¿Te escondes de mí como un niñito? —, sonríe con una copa de vino tintó. — ¿Te sorprende qué esté aquí?

— No, ¿por qué me debería sorprender al verte aquí? —Pregunta desafiantemente.

— No, por nada, yo solo vine a darte un regalo que se que deseas lindó. —Sonríe y le peina un poco el cabello al rubio.

A lo que el rubio responde rápido y le mueve la mano de inmediato.

— Q-que??

El rubio se fue al baño tratando de huir del pelinegro, pero el pelinegro no lo persigue sólo lo deja tranquilo.

— No quiero ningún regalo de ese cretino. —Sale del lavabo.

Comienza a tomar unos tragos de los mismos que habían en su fiesta, poco a poco se empieza a soltar, bailar y sonreír demasiado.

Entonces el pelonegro está igual de borracho lo mira desde lejos y se aprovecha para darle su regalo.

Kookmin - My giftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora