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Se tomo un breve bañó, bebió una pastilla para la resaca y muy confiadamente se arregló para luego ir a la casa del pelinegro.

— Muy bien iré. —Dijo convencido.

Agarra su celular y se pone un reloj de su apreciado gusto aunque no le gustaba usarlos mucho, pero por alguna razón se quería ver bonito.

Por otro lado, Jungkook quería declararle su amor y también darle ese preciado regaló qué no quería qué el rubio olvidara.

Unos minutos más tarde, jeon escuchó que su puerta estaba sonando porque alguien estaba tocándole el timbre.

Este se paró un poco enojado de la cama, se sentía medio aturdido y justo se estaba poniendo un pijama para comer algo y luego descansar otro rato.

Jeon abre la puerta y hace la pregunta sin darse cuenta. — ¿Qué desea?

— Soy yo tu pesadilla. —Respondió el rubio en broma.

— Ah, sos jimin.

— Si, conejo, ahora abre la puerta.

— Tranquilo, tranquilo, ahora mismo estoy en son de paz. —Sonrió el pelinegro.

Kookmin - My giftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora