Capítulo 5.

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Goku sentía el agua tibia caer por su cuerpo, sus cabellos esparcidos pesadamente por su rostro mientras tenía un rostro pensativo.

Le divertía un poco la expresión llena de orgullo de su abuelo cuando le contó lo que había hecho, al menos hizo que la culpa disminuya bastante más. Aún así seguía allí.

Su madre y él habían estado en hospital hasta hoy a la mañana cuando la Son le dijo que se tomara un descanso ya que hoy tendría que retomar sus clases en la universidad.

Quiso negarse, pero la mirada de su madre le intimidó de sobremanera, Gohan apoyó la idea pues su estado era mucho mejor. También estaba el asunto de que tenía que ir al trabajo.

Actualmente vivía en un apartamento solo ya que le era más cerca de su trabajo y universidad, le salía más conveniente pues antes vivía con su madre a casi 4 horas de viaje.

Gohan vivía con Gine por una temporada mientras sus controles médicos se realizaban pues él era originario de los campos, zona rural de Japón aunque era muy auto sustentable económicamente.

Son Gohan era dueño de varias estancias que proveían de carne vacuna a ciertas empresas nacionales. Esto lo llevo a tener unas cifras altas guardadas en el banco, aunque Goku se negaba a recibir ayuda económica de él reiterando buscar su independencia y por ello tenía un trabajo.

Goku rodeó su cintura con una toalla azul y salió de su baño.

"¡Ding, dong, ding, dong, ding, dong!"

Goku levantó una ceja nervioso al oír su timbre resonar con tanto ímpetu.

-¿Quién es? -se preguntó apresurándose a llegar mientras calculaba las posibilidades ignorando momentáneamente sus vestimentas.

Sin siquiera usar la mirilla de su puerta abrió la puerta asombrándose un poco al ver a aquella chica de cabellera azabache como la suya pero corta atada por una cinta azul, hermosos ojos zafiro, de baja estatura con un tierno rostro que se iba volviendo cada vez más rojo por alguna razón.

Sin siquiera usar la mirilla de su puerta abrió la puerta asombrándose un poco al ver a aquella chica de cabellera azabache como la suya pero corta atada por una cinta azul, hermosos ojos zafiro, de baja estatura con un tierno rostro que se iba vo...

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-¡Go...Go....Goku-san! -la chica chilló sumamente sonrojada detallando el físico del Son.

Su torso descubierto y aún humedo, su abdomen bien marcado, brazos gruesos con hombros prominentes sin ser exagerados.

Parecía un Dios griego para la chica quien vestía un uniforme escolar azul marino.

-Buenos días Ruka, ¿qué haces aquí? -preguntó curioso el Son esbozando una pequeña sonrisa- ¿Huh? ¿ocurre algo? -preguntó confundido notando como la chica lo miraba hasta que por fin notó su estupidez.

Estaba semidesnudo en la puerta de su casa, a la vista de muchos y en especial de su compañera de trabajo.

-¡Rayos! Espera aquí un rato -Goku cómicamente azotó la puerta con fuerzas dejando a la joven allí hundida en los recuerdos del cuerpo de su interés.

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