Capítulo 6.

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Goku ya había llegado a su Instituto, con tranquilidad tomó su asiento esperando, atento ante la llegada de aquella rubia tan hermosa a la cual recordó apenas llegó.

Sí, su comportamiento lo dejó como un completo patán. No le aviso nada hasta ahora, la dejó luego de aquella noche y ni se imaginaba las cosas que la misma podría imaginarse.

Algunos de sus compañeros le saludaron amigablemente, algunos curiosos por su desaparición tan temprana de aquella noche de lo cual no dijo mucho por obvias razón.

-"¿Dónde está Mami-chan? Ya es algo tarde" -pensó mirando la hora en su teléfono.

Pero justo cuando la clase iba a comenzar la bella muchacha ingresó, pero ni siquiera le miró. Intentó hablarle pero el maestro ya comenzó a explicar la clase.

Fue entonces que una idea se le vino en la cabeza, en su cuaderno comenzó a escribir.

Mami realmente no prestaba atención a nada a su alrededor, su vista zafiro ocasionalmente se dirigía al azabache notando que no la miraba rememorando aquello que vio.

No era tonta, tampoco crédula. Sabía muy bien que lo de esa vez probablemente no significaba mucho para el chico, no es que tuvieran una relación.

Aún así le irritaba de sobremanera, no le escribió, no intentó comunicarse con ella. Nada en absoluto y ciertamente le enfurecía.

¿Quién era aquella chica? Era bella sin dudas, ojos azules, pechos grandes, una tierna expresión en su rostro cuando Goku le abrazó.

Era obvio para ella o eso creía.

Sus ojos miraron confusa una bola de papel que cayó justo sobre su escritorio. Miró al azabache que agitaba su mano disimuladamente, no estaban tan lejos, 3 asientos nada más.

"No hay mucho que pueda decir aparte de... ¡lo lamento mucho! Si me dejaras explicarte en persona puede que me entiendas, por favor Mami... Solo una oportunidad"

Att: Goku.

Aquello fue lo que pudo leer... ¿ese chico era estúpido?

Una vena resaltó en su frente, puede que intente engarñarla, pero... ¿qué podría perder? Nada en realidad, así mismo, no eran nada así que era una apuesta sin riesgos.

Lo claro era que Son había tomado su primera vez, por lo menos merecía una explicación de su desaparición y también una respuesta a aquella interacción con esa linda muchacha que era lo que en realidad más le picaba ahora.

Goku miraba atento las reacciones de la rubia quien luego de unos momentos se digno a mirarle más fría que un témpano de hielo, pero le pareció tierno como le levantó el pulgar dando una respuesta positiva a su pedido.

Suspiró aliviado, la muchacha era más tolerante de lo que se esperaba, pero poco sabía él de los verdaderos intereses de la rubia.

Goku contaba los movimientos de las manecillas del reloj en su salón para que la hora del receso llegara y así fue, aunque tardó demasiado para su gusto.

El azabache se acercó a la rubia y se rasco la nuca.

-¿Te parecería ir al patio para conversar? -preguntó el chico algo nervioso ante lo cual Mami simplemente suspiró y asintió.

Finalmente se encontraron sentados en una banca algo alejado del resto de alumnos.

-¿Y bien? ¿cuál es tu excusa para lo que hiciste? Eso... no puede tener perdón Goku-kun -la rubia dijo mirando el suelo cabizbaja- Fue muy cruel de tu parte -murmuró y aquello fue casi un golpe al corazón del chico.

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