Capitulo 3

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Día Martes por la tarde

Al salir de la universidad, divisé a Nanaba esperándome en un automóvil. Me saludó y me ayudó a ingresar al vehículo.

—No imaginé que tú poseerías un automóvil. Se ve encantador. ¿Cómo se denomina tu coche?

—Este es un Mg hs. ¿Te agrada? Mi padre es un empresario dedicado a la venta de vehículos. Me obsequió este auto el año pasado por mi cumpleaños.

—Ah, entiendo. Está bonito. Tienes mucha fortuna.

—Oye, tranquila. Ahora que mencionaste que necesitas encontrar empleo para ahorrar y adquirir más vestimenta y demás, puedo echarte una mano. Mira. —Extrajo su billetera y exhibió una tarjeta. —Vamos de compras y, de paso, adquirimos un montón de ropa.

—Oh, pero no deseo causarte molestias. Sabes que estoy empezando a buscar empleo y no tendría los medios para compensarte.

—En absoluto. Además, mi padre está buscando a alguien para la venta de autos y está ofreciendo una remuneración considerable.

—¿EN SERIO? ¡Nanaba, eres excepcional! —la abraza con firmeza.

Estaba realmente contenta; Nanaba resultaba ser una persona excepcional y me hizo sentir como en casa. Además, me ofreció la posibilidad de quedarme en su casa cuando quisiera.

Nos encontrábamos en el centro comercial, seleccionando ropa. Opté por prendas más acordes a mi estilo, y ella me ayudó a elegir algunos modelos encantadores.

—Esa blusa blanca te queda preciosa. Además, mira este pantalón negro, también luce muy bien en ti. Ya está, vamos a escoger más prendas. ¿Te gustaría que comprara algo más que ropa? —tomó pantalones vaqueros, blusas, polos, carteras y los colocó en la bolsa de compras.

—Bueno, si no es molestia, ¿una mochila?

—Por supuesto. ¿Puedo llamarte Hans? Ya siento confianza contigo. Me agradas mucho y tienes mi estilo.

—Sí, está bien, Nana.

—Aww, muy tierno. Ven, vamos a pagar todo esto, pero ayúdame a cargarlo.

Después de la sesión de compras, ella me condujo a la oficina de su padre, quien me saludó con una amplia sonrisa. Nanaba le informó que era su mejor amiga y que estaba en búsqueda de empleo.

—Por supuesto, te ofrecemos ese puesto. Justo ahora necesitamos a una joven que nos asista con las ventas de automóviles.

—Soy bastante hábil para expresarme; por supuesto que puedo colaborar.

—Perfecto, no necesitas decir más. Estás contratada.

—Papá, Hange es muy astuta. La conocí hoy en clases y nos dejó a todos impresionados. Cada hipótesis que plantea es acertada, mi Hans. Estoy emocionada de tener una amiga como ella.

—Gracias, Nanaba. Gracias, señor. Realmente me están brindando una gran ayuda.

Así disfrutamos todo el día, incluso fuimos a comer. Al regresar a la universidad, me sentí feliz y me dirigí a mi habitación. En el pasillo, me encontré con Pieck y Gaby, quienes me observaban con gran curiosidad.

—Vaya, esas bolsas. Parece que te fue bien con tu nueva compañera.

—Ella es muy generosa; me compró todas estas cosas. En realidad, necesitaba una mochila nueva. Hay una chica de mi salón que me molesta bastante.

Pieck y Gaby me observaron con perplejidad y me preguntaron de quién se trataba.

—Es una chica pelirroja llamada Petra Ral. Siempre me mira con odio.

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