Capitulo 12

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Se había pasado las horas rápidamente, ya solo falta mi última clase, ingresé al salón encontrando a todos los estudiantes resolviendo problemas, gritando, ¡gánale, gánale!

—¿Qué está ocurriendo aquí?

Observé cómo Hange y Petra se peleaban, Hange estaba encima de ella, ambas jalonaban sus cabellos, y Nanaba trataba de alejar a Hange de Petra. Sin embargo, creo que mi intervención hizo que Hange se separara rápidamente de Petra.

—Estamos en una universidad, no en una granja, así que por favor, modérense, señorita Ral y señorita Zoe.

Cansado de la situación, me senté y observé cómo Hange se cubría el rostro, quizás avergonzada. Al descubrir su rostro, noté que tenía la cara arañada.

—Señorita Petra, ¿se encuentra bien?

Me acerqué a Petra y noté que su cabello se le caía. Ella miraba con rencor a Hange, quien la observaba de la misma manera.

—Gracias, pero estoy un poco bien. Gracias por preocuparse por mí...

—No se preocupe, señorita Ral. Soy su profesor y me preocupo por todas mis alumnas.

—Ajá.

Dijo Zoe detrás de mí. Me volteé para observarla, y ella simplemente me miró con tristeza. Luego se levantó y se puso frente a mí.

—Su alumna es una "roba cuadernos", robó mi álbum privado.

—Te dije que solo lo encontré en el pasillo. Cállate. Profesor, sigamos con sus clases –dijo nerviosamente.

Yo sabía que si revelaba la verdad aquí, Petra no sabría dónde esconder su rostro. Por ahora, esperaré un poco más. Llegará el momento perfecto para desenmascarar a la insensata.

—Tiene razón, continúe con su clase. No interrumpiré más, profesor, Levi.

Y así dio inicio la lección, Nanaba me observaba con pesar. Verdaderamente intenté mantener la calma, pero cuando Petra me exasperó, la agarré y la derribé al suelo, tirando enérgicamente de sus cabellos. Ella me arañó junto a la mejilla, y no pude evitar irritarme aún más. Apreté con más fuerza su cabello, y ella también tomó mi cabello, jalándome de igual manera. Hasta que llegó el novio de Petra, como una lluvia de agua, y nos separó.

¿Por qué siempre ella? Tonto, tonto. ¡Fíjate en mí, estoy aquí! ¡Soy yo, no ella!

Las clases finalmente concluyeron. Hacía un calor sofocante, pero aun así, tenía que ir a trabajar. Guarde mis pertenencias rápidamente y me puse de pie, al salir del aula Levi me detuvo, haciendo que volteara con confusión.

—Dígame, maestro, ¿qué desea?

—... ¿Por qué ese día llegaste inesperadamente a la misma banca que yo? ¿Recuerdas, verdad?

—Eh? –¿Por qué me interrogaba con todo esto ahora?– No entiendo. Fue coincidencia. Llegué porque estaba esperando a Nanaba; ella vive cerca de ahí.

Permaneció reflexionando un poco más mientras examinaba detenidamente mi rostro. Maldición, creo que estoy sonrojada. Ay, dios. Solo desvié la mirada y, sin añadir más, salí de ahí.

Estuve un rato ahí parado reflexionando un poco más, Mikasa me había desconcertado, tenía algo de sentido, aunque Hange diga eso no le creo nada, ella no fue por Nanaba, ella fue por... Mi

—Hola corazón, sé que estarás ocupado hoy...

—Petra, necesito hablar de algo serio contigo...

—Ah, claro cariño, ¿qué sucede?

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