Capitulo 16

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Petra, sorprendida, desconocía lo ocurrido. Individuos se aproximaban al cuerpo caído de Levi; pronto, Mikasa salía confundida, viendo a personas rodeando a un cuerpo mientras una ambulancia llegaba rápidamente. Se percató de quién era: ¿¡Levi!?

-Debo subir, es mi primo...

-Suba, señorita.

Ay, por qué ocurre esto. Levi, por favor, responde. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué tu auto estaba lleno de mierda? No me digas que eso causó tu desmayo.

-No puede ser, casi llegamos.

-Levi eres fuerte... -se tapa el rostro- Mi tía tiene que saberlo...

Japón, aeropuerto✈️

-Te echaré de menos, papá. Kenny, despídete de nuestro padre.

-dile al viejo que también me importa -expresó con ironía.

-Bien, papá, nuestro vuelo está por partir. Volveré en un mes. Chau, te quiero. -Finaliza la llamada.

-Realmente, ¿le darás esta sorpresa? Imagina si el enano no tiene otra habitación.

-Kenny, cállate. Más bien, guarda silencio. El avión va a iniciar el despegue.

Estaba muy serena esperando llegar rápidamente, la sorpresa que tendría mi querido hijo y mi sobrina. Mikasa ya me había indicado dónde se hospedaban, por suerte nuestro viaje es temprano, salimos a las 2 de la madrugada, para llegar allá a las 3 de la tarde. Lo más probable es que ellos ya estén en su departamento, ya que ellos tenían turno mañana

-¿En qué tanto piensas, hermanita? ¿Te comió la lengua el gato?

-Solo quiero abrazar a mi Levi, mi hijo, mío...

-Mi hijo, mío -la imita burlonamente.

-Y tú, ¿por qué no mejor te duermes?, viejo tonto

El vuelo llegó más rápido de lo esperado. Ambos descendieron del avión con sus pertenencias y tomaron un taxi para dirigirse a su departamento, que no quedaba muy lejos. Kuchel tenía una sonrisa hermosa, y Kenny lo notaba. Sabía que ella amaba mucho a su hijo, y él quería mucho a sus dos sobrinos. Desde niños, siempre los consideró como sus propios hijos, ya que cuando iba a casarse, la mujer que tanto amó y lo ilusionó lo dejó plantado en el altar. Sin embargo, con el cariño de estos niños, olvidó todo eso.

-Aquí es, por favor, Quédese con el vuelto.

-Son 100 dólares, señora. Bueno, gracias.

-Vamos, Kenny, pero ¿qué ha sucedido aquí?

Kuchel y Kenny observaban una multitud de personas con expresiones de asco frente a un automóvil negro grande que estaba cubierto de excremento de animales.

-Mi hijo se habría desmayado con esto.

-Si, el enano se hubiera muerto, bueno, ya pasemos. No quiero oler más mierda.

Kuchel y Kenny ascendieron en el ascensor con sus pertenencias, buscando el número del departamento de Levi y Mikasa. Tras una intensa búsqueda, Kuchel se emocionó al encontrarlo. Se acercó con sus maletas y pulsó el timbre.

-Quiero ver su semblante, su bello rostro, mi niño.

-Oye, tu móvil está sonando. Contesta.

Saca su teléfono del bolso y responde la llamada.

-Hija, abre la puerta. Adivina quién llegó... -su expresión se pone más seria al escuchar a Mikasa hablar con la voz entrecortada.

-Tía... Mi primo sufrió un infarto.

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