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QUERIDA,

Cuando estaba sola y sufriendo, no pensé que iba a encontrar la felicidad. Estaba herida, sola, y triste. Yo era inútil. Luego te conocí y me convertí en la persona más feliz del mundo.

Esta vez no me sentí como si estuviera sola. Pero aun así, incluso si solo me amabas como una amiga, todavía me sentía amada, gracias a ti.

En aquel entonces, cuando yo era feliz, tú estabas conmigo. Te aferraste a mi mano. Todavía lo recuerdo. Pude ser feliz por eso. El error que cometí... ¿ocurrió porque esta vez no me estabas tomando de la mano?

¿Cómo se supone que voy a vivir sin ti cuando empecé a vivir gracias a ti? Fue tu amor el que causó esto. Fuiste tú quien me hizo así. Me estoy justificando contigo. ¿Eso no es suficiente para calmar tu rabia?

Debería haberte abrazado por última vez. Debería haberte dicho que te amaba por última vez. Solo una última vez... solo una vez más. Apuesto a que crees que soy terrible, pero no sabes nada, en absoluto.

Sé que te gusta torturarte, pero eso no me gusta. No me gusta verte con dolor. Puedo pensar en ti suavemente de vez en cuando. Pero me cortaré la mano antes de volver a alcanzarte.

A partir de ahora, el odio está escupiendo de la boca del otro, pero una vez estábamos durmiendo como amantes. Perdóname, por mi amor... por arruinarte con mi amor. Soy demasiado joven y te he amado demasiado. Amarte era como ir a la guerra. Nunca volví igual.

¿Tu corazón todavía palpita a mi nombre? ¿Todavía ves mi alma en tus sueños? No sé cómo me sentiré cuando me esté muriendo, pero lo único en mi vida de lo que no me arrepentiré es de la forma en que lo he vivido contigo a mi lado.

En otra vida, realmente me hubiera gustado que seamos conocidas, sin la necesidad de conocer o hablar una con la otra, solo con que estuvieras allí, me hizo sentir como si tuviera una amiga.

Tuya,
Felix