° . 𝐓𝖾𝖺𝖼𝗁𝖾𝗋'𝗌 𝐏𝖾𝗍 ╱𝐀𝗉𝗈𝐋𝖾𝗈╱ ׅ⎯⎯ּ︭

₊✩🖇️‧₊˚౨ 𝐈𝐈 ৎ˚₊✩🖇️‧₊

Lavó sus dientes, tomó su mochila y bajó las escaleras, entro en el coche hasta llegar a la escuela, bajó del carro, luego de unos minutos, tomó asiento en su lugar, dejando su mochila recargada en su banca.

No se veía feliz, al contrario, parecía amargado, raro de Apolo, que usualmente se podría encontrar hablando, estando fuera del salón hasta que sonará el timbre e iniciarán las clases, pero no, ese día parecía un total amargado que no quería ni tenía la intención de hablar con alguien.

───¿Qué te sucede? -Preguntó la ojiverde a su gemelo, que veía como un tonto a la nada.

───Nada. -Le respondió, dejando insatisfecha y con una respuesta tan vacía a Artemisa.

───Apolo, es obvio que algo te sucede. ¿Estás bien? ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo?

───No...no, ¡No! -Habló con una voz más baja. - Estoy molesto, ¿Bien?

───¿Por qué? osea, no esta mal que te sientas así, pero es raro viniendo de ti. -Se sentó en la silla frente a el.

───Luego te cuento. -En eso, llegó el maestro de educación física; parecía que ese día no saldrían a ejercitarse, debido a que en esas temporada llegaba a estar el clima frío.

Leonidas ya estaba sentado frente a los alumnos en la silla; su vista iba pasando a ver a cada uno, analizandolos. Su rostro indiferente, llegando a parecer molesto.

───Hagan lo que quieran. Debido a las bajas temperaturas y por órdenes de la dirección, no podremos salir. No hagan tanto ruido, necesito concentrarme. -Luego de eso, solo se dispuso a leer.

Los adolescentes quedaron perplejos ante lo mencionado, ¿Era acaso una broma?sea como sea, eran dos horas libres. Algunos salieron del salón, otros fueron a comprar dulces entre otras cosas, y luego estaban los que optaron por quedarse en el salón y entretenerse con su celular.

Habían pasado casi 10 minutos desde que la mirada de Apolo no se despegaba del rostro de su maestro, y no piensen mal, era odio, el odio más puro que una persona puede expresar con solo la mirada. La vista de Leonidas estaba en las páginas de su libro; un escrito con pasta dura, color rojo. Apolo no dejas de ver al hombre, y claramente este se dio cuenta, pues bajó su libro y lo dejó sobre el escritorio.

───¿Qué necesitas? -Preguntó Leonidas, respondiendo la mirada de Apolo.

Pero el mencionado, por el contrario, sacó su teléfono y dejo de observarlo, ignorandolo completamente.

───Responde, ¿Por qué me miras tanto?

Pero el seguía sin responder. Leonidas estaba comenzando a enojarse, le molestaba que no le respondiera, pero prefirió ahorrarse la molestia y dejar el asunto hasta ahí.

───Eres un mentiroso. -Dijo finalmente Apolo.

Apolo guardó su celular en uno de los bolsillos de su mochila, luego, se levantó y posicionó frente a Leonidas. Ya el salón se encontraba vacío, puesto que se habían aburrido, el único tonto que quedaba era el pelirosa.

───¡Casi me castigan gracias a ti!

───¿Ah sí? -Respondió Leonidas. ───¿Al niñito sus papis nunca lo habían regañado? -Podria pensarse que era un terrible maestro, no, era uno bueno, pero si que era una pésima persona. No importaba quien fuera o donde estuviera, siempre mantenía su "estatus", sin embargo, su personalidad siempre tiraba al caño todo. ─── Solo eres un niño riquillo mimado que siempre obtiene lo que quiere. No te quejes porque alguien por fin te puso en tu lugar, eres irrespetuoso.

───De cualquier forma usted no tenia derecho a tratarme de esa forma, ¡No tiene vocación! -En eso sus palabras fueron calladas por la mano del mayor, quien habia tapado la boca de su estudiante y procedió a quitarla.

───Hay clase en el salón de al lado; deja de gritar o el maestro vendrá a quejarse.

A pesar de que Leonidas fuera un cabron, tenia razón en ciertas cosas. Apolo bufó, pero ya se habian agotado sus ganas oara pelear, y el movimiento en cuanto tapó su boca fue inesperado...fue... repentinamente curioso y algo extraña; de alguna manera hizo que pensars mejor las cosas.

Quería, por alguna razón, que volviera a hacer aquello.