I. Clan Inumaki (Incidente de las marcas)

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La presentación del pequeño Toge, fue un momento crucial en el clan Inumaki, su familia se vió obligada a ocultar la existencia total de su niño, protegiéndolo de los enemigos que buscaban matar a todos los poseedores de una habilidad tan temida.

El clan Inumaki anteriormente había pertenecido a los cuatro grandes de Japón, este clan caracterizado por su territorio es una zona fría, con valles congelados y montañas pomposas de nieve, su gente tendía a ser amable, compasivo y pacifista, aún siendo conscientes de su poder, terminaron siendo víctima de sus cualidades, no pudieron evitar las paranoicas revueltas de todos los clanes para masacrar a los Inumaki.

Los enfrentamientos hacia el clan Inumaki habían surgido por el miedo que había infundido sin querer, poder controlar al otro mediante la voz era aterrador y los demás clanes tenían miedo que algún día estos los conquisten a su gusto, hasta podían gobernar el mundo si se lo proponen pero antes que suceda eso, los grandes clanes exceptuando a los Inumaki se prepararon para un ataque sorpresa. Juntaron a grandes guerreros de los tres clanes a hacer en frente en la frontera, con tales estrategias que el pueblo estaba varado en su suerte sin protecciones, que otros grupos de guerreros entraran a exterminar al clan.

Fue gran desencadenante de una serie de bajas de los poseedores de habilidades, pues lamentablemente los Inumaki no pudieron protegerse a tiempo, su convivencia en paz dictaba que todos los poseedores de la técnica tenían prohibido usarla contra otros clanes, las cabecillas del clan autorizaron el uso del discurso para su defensa estrictamente cuando sean atacados a muerte, pero ya era demasiado tarde, a ese momento muchos que se encontraban en el frente luchando por su clan ya habían perecido y era una gran mayoría con la habilidad.
Los erradicaron a todos incluyendo niños, adultos mayores, hasta mujeres embarazadas, respecto al origen de las marcas se dice que les cortaban las lenguas antes o les hacían cortes en la boca para no darles ventaja de hacer uso de su habilidad, otros dicen que fueron los hechiceros más poderosos encargados de marcarlos con un hechizo a todos con extrañas marcas en lengua y boca para poder identificarlos y que fue tan poderosa que nadie sabía por qué los nuevos portadores llevaran marcas, esto repercutiría en los años venideros.

Luego de acabar con todos los poseedores incluido la cabeza del clan, se fueron, su miedo había sido vencido y se largaron, con ella regresó su rivalidad entre clanes, y dejaron en el olvido a quien alguna vez fue parte de los cuatro grandes.

La caída del clan Inumaki había dejado muchas enseñanzas y lecciones, aprendieron que no debían confiarse siempre del discurso y aprender a pelear cuerpo a cuerpo.
Nunca volvieron a ser iguales y de los escombros se levantaron, a empezar nuevamente.

La población se había reducido, y los pequeños clanes que se quedaron hasta el final resistiendo a ceder sus territorios en la frontera demostraron su lealtad al clan uniéndose completamente en uno, y la habilidad que alguna vez fue motivo de orgullo ahora era vista como una maldición y el constante recordatorio del precio que conllevaba poseerla.

Al igual que la sed de venganza y el resentimiento fueron pasajeros, algo inusual es que el nacimiento de los nuevos y escasos poseedores del discurso nacían con marcas en las mejillas, los clanes seguían enviando gente que venían a llevarse a los niños con marcas, probablemente para matarlos. Ocasionó de que el linaje con el discurso sea cada vez menos y menos, y que concebir un niño con el discurso sea uno de mil casi nulas.

Posteriormente los clanes dejaron en paz al clan porque con el pasar de los años las nuevas cabecillas ya no recordaban la razón de tanta rivalidad con los Inumaki.

Finalmente luego de cien años sin ningún poseedor del discurso en ese tiempo, en la cuna bañada de una dulce luz, los cabecillas del clan observan donde yace un bebé peliblanco con las dichosas marcas.

—Mi pequeño Toge, con la bendición de la luna, juramos que te protegeremos con nuestras vidas.

El asunto se hizo confidencial, el pequeño Toge vivía alejado de su pueblo, pero viviendo una infancia sana pero algo solitaria.
Al crecer comprendió el significado de esas extrañas marcas en su rostro. No culpaba al pasado pero tenían muy presente que algo como en el pasado pudiera suceder de nuevo, costó trabajo educar a un poseedor del discurso ciertamente era poderoso con tan solo palabras triviales, su comunicación fue difícil porque no se halló registros de como antiguamente los poseedores lidiaban con ello, pero Toge tenía un talento único y aprendió a controlar su voz, algo similar como la voz de los alfas, este era otro tema.

Cuando se presentó como omega fue donde en vez de quitarle clases de defensa y combate se la aumentaron querían que la nueva cabeza sea el más fuerte y lo estaban logrando, no pretendían ocultar a Toge de su clan para siempre.
La convivencia con los suyos fue de a pocos, en un acuerdo silencioso y mutuo de no revelar la existencia de un poseedor del discurso, todos siendo cautivados por la belleza del omega y sus marcas, su forma lobuna era curiosa pues también las marcas seguían apareciendo y era muy notoria por su pelaje blanco, delicada tal cual rosa blanca y peligrosa por las espinas que dañan a los que se atrevan tocarla. Toge Inumaki estaba siendo instruido para ser un guerrero, uno sin igual en su clan.

Actualmente solo quedaba un 50% de territorio de lo que alguna vez fue parte de los cuatro grandes, aunque el incidente de las marcas había quedado en el pasado también habían cortado lazos con todos los clanes ajenos, ahora la mentalidad de los clanes cambió a acaparar y conquistar territorios, y con tal de obtenerlos eran capaces de hasta matar. De los tres grandes uno se mantenía al margen, se trataba del Clan Gojo.

También se dice que surgió un nuevo clan abrumadoramente poderoso, que crecía exponencialmente, conquistando a diestra y siniestra parte de los grandes clanes.

Era un todos contra todos por lo tanto de los nuevos guerreros destinados a combatir por su clan estaba Toge, quien no usaría su habilidad si no fuera necesario, pero si usaría su experiencia formada por años de entrenamiento, era fácil notarlo porque tendía a usar bufandas y prendas diseñadas para esconder sus marcas en el rostro, ademas de su baja estatura y su delicada contextura, era un guerrero muy aplicado, defenderia su territorio y a los suyos, sus padres estaban orgullosos de haber concebido un hijo fuerte y talentoso, dejando el miedo atrás, esperan defender su territorio a como dé lugar, pues siguen siendo algo pacifistas pero si depredaban a los suyos iban a responder.

El nacimiento de Toge había dictado un antes y después en el clan, tendrían todas sus esperanzas de vivir en paz, por el rayo de luz que ofrecía el único poseedor del discurso.

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Esto lo escribí casi dormida y veo que no se entiende, estaré corrigiendolo luego, este capítulo es un poco del contexto histórico del clan Inumaki.

Un nuevo clan | inuokkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora