Y ahí me encontraba otra vez, en frente de ese espejo. Solo veía mi reflejo y mis ojos apagados. Parecía una asquerosa sombra. Me daba tanto asco verme en ese estúpido espejo, odiaba mi reflejo, odiaba todo de mí.
Solo quería volver a verlo. Él daba paz a mi ser, me daba la felicidad que había perdido en esos años. Solo me veía con odio en ese espejo, me odiaba y me detestaba.
No lo pensé y me dejé llevar por mi ira.No sé porque lo hice, pero solo recuerdo haberle dado un puñetazo a ese espejo. Solo veía la sangre en mi mano y los pedazos de vidrio clavados en esta, mientras el espejo estaba completamente roto.
Solo pensaba en que me estaba volviendo loco. No me di cuenta y uno de esos pequeños vidrios se enterró en una de las venas. Recuerdo los gritos de mi hermano, y de ahí no sé qué más pasó, perdí la consciencia.
Entre en un tipo sueño, pero era raro. Sentía que Taro estaba ahí conmigo lo sentía como si estuviera viviendo el momento.
Recuerdo fue cuando llegué a casa con Taro, y mi padre me vio. No me dijo nada, solo me miró con una cara de decepción y subió a su habitación. Taro solo me volteó a ver y le sonreí lo mejor que pude. Este me dijo:
-Eres muy malo sonriendo.
Yo me reí, pues tenía toda la razón. Era fatal expresando lo que sentía. Después de eso, solo recuerdo los días que Taro pasaba conmigo. A mi hermano le alegraba mucho que tuviera un amigo. Un día, Taro y yo salimos a caminar en el bosque.
En esto, me tropecé y caí en un arbusto con espinas. Mis manos sangraban y no soportaba el dolor. No quería que Taro me viera llorar, así que solo aguanté el dolor. Pero no paraba de sangrar, mis brazos y piernas solo sangraban. Taro se asustó y se preocupó demasiado por mí.
Tanto que me llevó arrastrado hasta un lago. Aunque él fuera pequeño y débil, logró llevarme al lago, en el cual me echó agua para quitar la sangre. Este arrancó un pedazo de su camisa para vendar mis heridas. Solo me miraba a la cara angustiado, pero se veía tan tierno. Sus pequeños ojos azul oscuro y su mirada de preocupación me mataba. Me tocó la mejilla y me preguntó:
-¿Te encuentras bien,
Haruma-san? Tus heridas son muy profundas, ¿podrás caminar?Este me preguntó con un tono de preocupación, y lo que sentí en ese momento fue una sensación extraña. Mi estómago estaba revuelto y mi cara se puso caliente y roja. ¿Qué era esto que sentía?
-Sí, estoy bien, Taro, no te preocupes, y sí puedo caminar.
Cuando intenté levantarme, casi me caigo, pero Taro me sostuvo antes de que tuviera una cita con el piso. Este se preocupaba mucho por mí y creo que hacía que me sintiera bien de alguna forma. Él siempre me sacaba una sonrisa, algo que me costaba mucho. Creo que es al único ser humano que no odio. Recuerdo que Taro me vio a los ojos y me dijo:
-Siempre estaré para ti, Haruma-san. No importa el momento o el lugar, tú eres mi razón de vivir, y si es necesario, moriría por ti. Eres mi mejor amigo y cuando estoy contigo, haces que mis ojos recuperen un brillo inigualable.
Este me dio un pequeño beso en la frente, dejándome totalmente paralizado. Estaba a punto de soltar lágrimas o gritar de lo feliz que sentía, pero en vez de eso, le devolví una enorme sonrisa. Algo que no le hubiera dado ni a mi hermano.
Sus palabras tocaron mi corazón ¿Me estaba enamorando de él? Taro solo me veía un tanto nervioso. No sé qué le pasaba. Intenté hablarle, pero se ponía rojo.
Pensé que le pasaba algo malo. Entonces, aunque me estuviera desangrando, decidí cargarlo hasta casa para que no se esforzara. Cuando llegamos, este se enojó preguntándome por qué hice eso si sabía que yo estaba mal. Le respondí:
-Te veías muy rojo, pensé que te estabas poniendo mal
Este solo se puso más rojo. No entendía qué le pasaba, pero se veía adorable, como un tomate. Le acaricié el pelo y este terminó poniéndose más rojo que antes. Creo que era bonito verlo así, pero no entendí qué sucedía con este.
De ese día solo recuerdo esa sonrisa y sus ojos brillantes. Ya Taro llevaba más de una semana viviendo en mi casa y creo que le tomé cariño por eso. Reaccionaba de tal manera, o será que...
Después de pensar en eso, todo se puso negro, y abrí los ojos. Estaba en el hospital, y mi hermano estaba a la par, dormido. ¿Qué rayos había pasado? Ahí fue cuando recordé. Me dejé llevar por mi ira, y ahora estaba en el hospital. Pero mi primer pensamiento al despertar de ese sueño fue Taro.
Creo que seguía sintiendo cosas por él después de haber pasado tanto tiempo desde nuestro último "encuentro". Este chico me estaba volviendo loco completamente.
Al día siguiente, me dieron de alta al ver que ya me habían curado las manos. Dijeron que no podía mover mucho las manos y que tuviera cuidado con la vena.
No fue mucho el daño, pero no se sabía. Así que salí de ese hospital sonriéndole a la enfermera. Pero era una sonrisa forzada. A todos les sonreía de una forma un tanto falsa. Se me hacia incómodo sonreír, a decir verdad.
Solo hubo alguien que logró que lo hiciera, y esa persona fue Taro. También me puse a pensar que jamás volví a ver de la misma manera el cielo de la noche, que tanto amaba cuando lo compartía con él.
Cada vez que pensaba en él, mis sentimientos hacia el volvían, pero también sentía un vacío al recordarlo a él y los momentos que viví con él.
Todas esas memorias vivían en mi alma. Todo de él era simplemente un recuerdo manchado. Para mí, necesitaba olvidarme de estos sentimientos, pero no sabía dónde empezar.
Si no podía ni dejar de pensar en él, parecía que me estaba volviendo loco, este chico vive en mi cabeza, y justamente era lo que no quería. Solo quiero olvidarlo...
Fin del capitulo 2 :3.
(el banner de esta historia es una representación del espejo jiji)
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Un Amor Descordinado
RomanceUna pequeña historia bl :3 en el cual sus protagonistas son Taro y Haruma (Luego mejorare la portada)