Una Leyenda No Contada - (Dragon Ball) - (PAUSADO)

Capítulo 10: El impostor roba cuerpos.

{La habilidad – Puño a Presión – ha subido de nivel: 2}

"Genial." -dije mientras volaba por el terreno de combate mientras esquivaba ráfagas de ki enemigas-.

Jeice estuvo bastante enojado conmigo durante toda la pelea, en especial por el hecho de que estuve jugando con él. La verdad, no me sorprendía. El nivel de poder que nos separa ahora es simplemente algo de lo cual no se puede hablar. Ahora mismo no hay manera de que tenga posibilidades contra mí con el tremendo zenkai que me comí, lo que me emociona todavía más.

Mis poderes se elevaban con cada instante que pasaba y la fuerza que bombeaba mis músculos me hacía sentir vivo como nunca antes. La sensación era simplemente asombrosa, algo que seguramente jamás podría haber experimentado en mi anterior vida si es que de verdad había algo como esto.

El aire que golpeaba contra mi cara sin que me molestase, la distancia que había entre el suelo y yo. El paisaje verdoso pero vivaz, la textura del mundo en sí ... todo se sentía tan ... bien.

Mi sentimiento ni siquiera fue interrumpido por la mascota de Ginyu. Solamente fue la cereza del pastel el ver como con cada segundo que pasaba su enojo aumentaba más y más. Era como ... como ... vaya, ni siquiera se con qué compararlo.

"¡Ven aquí maldita sabandija!" -gritó Jeice mientras me perseguía. Yo, queriendo seguirle el juego, dejé de volar y empecé a caer en picada hacia el extraterrestre de piel roja que se confundió por mi repentina acción.

"¿Tanto me quieres?" -dije mientras sonreía vívidamente-. "Pues aquí me tienes."

Cercas de chocar cara a cara contra Jeice, este sonrió maquiavélicamente y extendió su mano para reventarme con una ráfaga de ki, pero a él pareció olvidársele que podía volar. Con agilidad y destreza, agité mi cuerpo en el aire para esquivar con una voltereta frontal su ataque, pasando por encima de este y aterrizando en la cara de Jeice.

Sonreí por la sensación de tener la cara de un desgraciado bajo mis pies y continué con mi trayectoria, dejando que Jeice diera vueltas en el aire como si de una lavadora se tratara. Yo, por mi parte, no desaproveché y lancé una ráfaga de ki poco potente que estalló contra él, mandándolo contra una montaña que terminó despedazada con su aterrizaje forzoso.

"Jamás pensé que este tipo de peleas se sentirían tan ... geniales." -dije mientras me miraba las manos-. "¿Será por el ADN sayajin que me estoy emocionando? Sé que los sayajins son adictos a las peleas y los entrenamientos, pero no sé si esto es un rasgo mío propio por lo emocionado que me siento por el zenkai o por el simple hecho de que estoy obteniendo sus rasgos."

Las respuestas nunca llegarían a mí. Este sería un misterio que terminaría por resguardar para mí mismo para evitar que mi secreto sobre ser un reencarnado termine saliendo a la luz. Me resulta bastante gratificante evitarme dilemas con este debate de mi verdadero yo, pero también me resulta sofocante al no tener a alguien con quien abrirme de verdad.

Se siente raro esta sensación.

¡POOOM!

Una explosión en la distancia hizo retumbar todo el paisaje con un terremoto. Ginyu y Goku seguían en su pelea, y en este punto, Ginyu lanzó su ataque que terminó siendo tan horroroso como una bomba nuclear. El calor derritió los alrededores cerca de la explosión y la onda de choque solo mandó lo lejano a volar más lejos.

Las montañas y escombros se hicieron añicos donde me encontraba parado, y Jeice no pareció salir de su lugar de descanso a tiempo cuando más pedazos de la montaña cayeron encima de él.

"¿Estará bien?"

Mi respuesta llegó con una explosión de ki que abrió un cráter en el suelo del tamaño de una mansión. La energía roja que se desbordaba del cuerpo de mi oponente me llegó como ráfagas de viento calurosas que no hacían nada más que hervirme la sangre.