Kris esta en una mala situación sentimental, y si mejor amiga Susie, notó eso, asi que le dió una idea que para Levantarle el ánimo
Un poco de Jazz, buen ritmo... ¿que más necesitas?
La calle era sólida, no había casi nadie alrededor, a decir verdad, nadie saldria a ningún lugar con ese frío
Casi nadie, solo dos adolescentes en busca de algo divertido que hacer, Kris tenía una sombrilla mientras seguía a Susie a dónde fuera
En poco tiempo, las que solían ser casas pintorescas y cómodas, se transforman en departamentos de mal estado, y casas humildes, al igual que el estado de la calle
— Ya casi llegamos, no te preocupes mucho - Dijo Susie, a unos tres minutos, un cartel con luces los recibió, era la entrada a dicho restaurante
En cuánto entraron, Kris dejo su sombrilla a un lado, y camino con Susie en busca de una mesa, cuando la encontraron esperaron a ser atendidos
Miraron al restaurante, era muy lindo y pintoresco
Pero lo que más destacó, fue un escenario al frente de todo, uno con unos instrumentos a sus lados, una batería, un bajo, un piano, y otros más
Por ahora, la música solo venía de una rocola en un mal estado, Susie notó como Kris miraba al escenario
— Me imagino que hay una banda o algo... ¡Tenemos que ver eso!
Kris asíntio la cabeza, pero también apunto con la cabeza a un reloj, eran las 5:00 PM, tenían que estar en casa antes de las 9:00 PM, la hora de llegada de Toriel
Por qué si entraba y veia a su hijo no estaba, comenzaría el interrogatorio mas intenso de su vida, más por qué no le aviso que se iría
— Ya se, Ya se... Aguafiestas
Una camarera había llegado con una carta, dejándola en la mesa, mientras sacaba una lapicera y un cuaderno
— Buenas tardes, ¿Que desean ordenar?
Kris iba a ver la carta, pero Susie fue más rápida, devolviéndola sin siquiera verla
— Oi que aquí venden alitas picantes, traigan un plato grande, y un par de refrescos
La camarera anoto, luego se llevó la carta no sin antes despedirse
— Ahora a esperar....
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Las deudas se acumulaban, se estaba empezando a quedar sin dinero para pagarle a los empleados, y tampoco para si mismo y su hijo
El negocio poco a poco dejaba de ser rentable, necesitaba desesperadamente atraer más clientes
El padre de Ralsei, el señor Sinclair, fumaba como si no hubiera un mañana, mientras miraba a los clientes, eran muy pocos
Las mismas caras de siempre, a las mismas horas, no tenía idea de que hacer para que más personas lleguen a conocer su restaurante
