III -Tentaciones

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~Yo he estado esperando a alguien como tú

Pero ahora te estas escapando

¿Qué has hecho?~

.

.

.

Ella había recibido un paquete frágil, al abrirlo sacó su tazón y taza de un gatito. Primero, se detuvo en observar con más detalle el diseño de su autoregalo. Segundo, estaba tan emocionada de su regalo, solo le falta comprar el peluche del gato para completar su colección, a menos que la empresa quiera sacar más artículos con la cara de su gato favorito.

Hoy sería el gran día para utilizar su nueva adquisición, más que nada durante la merienda y después del trabajo. Charlotte se sentía tan feliz por este regalo que se había hecho a sí misma. En su país no era tan fácil de conseguirlo, más bien, aún no habían llegado algunos objetos en relación a su gato favorito.

Sonriendo ampliamente, sin darse cuenta lo que sucedía al exterior o al otro lado de la ventana, ella guardaba tranquilamente sus cosas cerca de la mesada de la cocina.

Después retomó su trabajo, sería un largo día para diseñar cosas y hacer cálculos de algunas facturaciones para la empresa que trabaja.

— Bueno, Charlotte. Hoy será un día muy largo —habló. Se colocaba los auriculares con micrófono, para entrar en la reunión junto a sus otros compañeros y compañeras de su trabajo.

Sin ganas.

Ni ánimos de escuchar las quejas de su encargado hacia alguien de su círculo de amigos. Se silencia el micrófono para escuchar música, no tan fuerte solo para mantenerse al margen de la situación. Ella solo se distraía y continuaba con su trabajo, al estar tan concentrada, ni siquiera se inmutó de los ruidos en la casa.

El intruso la contemplaba desde la habitación, sosteniendo alguna prenda íntima de la joven para oler ese agradable perfume. Su mirada oscura, sus orbes verdes claros parecían brillar desde la oscuridad del cuarto, la admiraba en silencio, le gustaba ver a una mujer trabajadora y ocupada pero...

Esto de estar tan cerca de ella.

, quizás lo suficiente.

Con una mente que se ingeniaba las mil maneras que haría para agarrarla y tenerla entre sus brazos, sería él la distracción ideal. Sin embargo, con esas ideas que se planteaban en su cabeza, solo con la excusa perfecta de llevarla a la cama.

En serio, la desea mucho y tan así, que otra vez se sintió incómoda en su entrepierna. Lo peor, es que recordaba ese bello rostro somnoliento que lo miró por unos segundos, sería capaz de muchas cosas para ver ese rostro otra vez, no le importaba si estaba despeinada o algo desarreglada, le gusta. Tan así, que lo enfermaba por dentro y sabe que ella sería la cura ideal para su roto corazón.

Tan cerca. Lo suficiente para oler el perfume del shampoo que ella había usado esta mañana, le gusta el color de su cabello. Con mucho cuidado, él logra tocar un mechón del cabello, sentir cómo sería acostumbrarse a esto.

Ella sentía una rara sensación, como si se sintiera observada. Le incomodaba estar sentada en la misma posición durante toda la reunión, y necesitaba acomodarse.

Por otro lado, siendo lo más rápido posible, Jacob empieza a alejarse lentamente. La observa por última vez, como aquella joven se acomodaba y mostraba esos muslos que le hubiera gustado apretar con sus manos.

La Última Candidata // Lurking For LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora