"Yeonjun ¿Cómo está Beomgyu?"
Fue la pregunta que dio inicio a todo, y su respuesta fue la que desencadenó una serie de sentimientos encontrados en Choi Beomgyu, quien se encontraba viendo el live de su compañero de grupo acostado en la habitación del hotel dónde se quedaron durante la gira.
"¿Beomgyu? Él está bien... jeje. Él no es mi tipo, pero no está mal...¡oh! se refieren a su salud..."
La sonrisa nerviosa de Yeonjun logró revolver el estómago del menor, que se le llenaron los ojos de lágrimas al ver que su hyung realmente no lo veía de la misma forma que él.
No era su tipo. ¿Por qué? ¿Qué le faltaba?
No lo entendía y creyó que jamás lo haría. Se sentía tan frustrado e insuficiente y la fiebre no era de mucha ayuda realmente. Ahora no era solo su cabeza la que le dolía, sino también su corazón que se rompía un poco más cada momento que pensaba en Yeonjun.
Decidió apagar el celular para dormirse finalmente. Aún se encontraba enfermo y debía dar un concierto al día siguiente fuese como fuese. Buscó el botón de la lámpara para apagar la luz también y ya estaba listo para caer en su profundo sueño. Sueño dónde esperaba encontrar a su amor, en aquel universo dónde él si lo amaba de la misma manera y todo allí era tan simple como tomarse las manos y besarse cada vez que así lo quería.
Choi Yeonjun se quería morir, de verdad, de verdad quería morirse en este preciso momento.
Luego de cortar el directo donde básicamente confesó su atracción por su compañero frente a miles de personas y esquivar todos los comentarios que le hacían en este, tiró su celular por alguna parte de la habitación y se escondió en sus sábanas. Solo quería entender porqué dijo todo eso.
¿Cómo era posible que malinterpretase esa pregunta?
Todo indicaba que su subconsciente era un maldito traidor, que solo lo hizo pasar vergüenza cuando lo primero que pensó fue en la belleza que Beomgyu se cargaba.
Y es que obvio él no era ningún ciego, nadie podría negar alguna vez en su vida que Choi Beomgyu era el ser más hermoso que vieron sus ojos. Aquellas pestañas largas y rizadas que adornaban su mirada, su nariz alta la cual encajaba perfectamente con sus facciones, su mandíbula marcada que solo terminaba de afilar ese perfil hermoso que poseía... y su sonrisa, la cual volvía loco a Yeonjun cada vez que se la dedicaba. Adoraba cuando el chico cerraba los ojos siempre que sonreía y su boca se abría dejando ver sus dientes, los cuales eran perfectos también.
Bien, sería honesto consigo mismo por primera vez y aceptaría que Choi Beomgyu lo vuelve loco, pero él no podía enterarse para nada de esto.
¿Qué pasaría si lo descubre? Seguro lo rechazaría, dejarían de ser amigos y las cosas se pondrían raras entre ellos. Entonces el menor lo iba a odiar, y todos los demás miembros también por arruinar todo.
Yeonjun iba a llorar con tanto pensamiento en su cabeza, el solo hecho de imaginar que el grupo se separa por su culpa le dolía demasiado. Solo no quería lastimar a nadie con sus tontos sentimientos.
Triste, pero él no sabía que el ocultar lo que siente estaba hiriendo a la persona que más quería en el mundo.
Intentaba dormirse, pero no lo conseguía de ninguna forma. Probó con música, videos para dormir y cualquier otra cosa, pero le fue imposible. Beomgyu no salía de su cabeza y se preguntaba si este estaba mejor.
Necesitaba verlo. Urgente.
El mayor de todos se levantó de su cama, decidido a buscar la habitación de su compañero. No aguantaba ni un segundo más sin verle, y es que este había estado todo el día en cama luego de descomponerse en medio de una entrevista. Al recordar ese momento a Yeonjun se le encogió el corazón, verlo mal era una de las peores cosas que le podían pasar.
Cruzó la puerta de su habitación, dirigiéndose hacia el siguiente piso donde estaba el cuarto de Beomgyu.
-Habitación 313...- dijo por lo bajo mientras exploraba cada cuarto de aquel pasillo de hotel.
Sonrió cuando la encontró y tomó de la manija de la puerta, pero se detuvo al pensar en la hora. Tal vez y Beom estaba dormido.
Aunque para la suerte de ambos, el menor tampoco pudo descansar mucho que digamos, su sueño fue demasiado corto y ahora estaba de vuelta en la realidad. Sus ojos se encontraban abiertos de par en par, viendo el techo y pensando respuestas a sus preguntas, las cuales no hallaba y en su lugar aparecían más.
El golpe en su puerta lo sacó de su mar de dudas.
¿Quién sería a esta hora? Se preguntó.
El golpe se oyó de nuevo y esta vez acompañada de una suave voz que ya conocía.
-Beom... ¿Estás despierto?- tomó una corta pausa. -Soy yo, Yeonjun... yo... venía a ver cómo estabas.-
Su piel se erizó al oír su nombre pronunciado por aquel hombre y sentía el corazón palpitar cada vez más rápido. Cuando se acercó al otro lado de la puerta, sus manos temblaban al tomar la manija pues no sabía como actuar después de todo. No sabía si debía hacer que no vio nada o enfrentar sus sentimientos, tenía tanto miedo de verlo y llorar ahí mismo.
Su vista ya se estaba nublando cuando las lágrimas lo amenazaron de nuevo.
Por su parte Yeonjun ya estaba aceptando que no le abriría la puerta. Se sentía un estúpido por pensar que Beomgyu estaría despierto a tales horas.
-Supongo que duermes... perdón. Buenas noches Bommie, espero verte mañana.-
No lo dejaría ir, Beomgyu no era ningún cobarde y sabía que se iba a arrepentir si no abría esa tonta puerta ahora mismo.
-¡Hyung!- gritó, logrando así llamar la atención de un Yeonjun que ya estaba alejándose por los pasillos.
Le regaló una sonrisa y retornó hacia donde estaba el menor a un paso apresurado. Quien ante sus ojos se veía tan vulnerable y frágil, que no pudo evitar abrazarlo apenas lo tuvo cerca.
Y Choi Beomgyu sintió que podría morir allí mismo, siendo feliz atrapado en los brazos de su mayor que lo tomaba con tanta delicadeza.
-Estás hirviendo...- dijo con un tono de preocupación.
-Es que estoy enfermo, hyung.- rio apenas y el contrario rodó sus ojos.
-No dejas de bromear ni con 40 grados de fiebre ¿eh?- le devolvió la sonrisa, dejando de paso una caricia en su cabeza. -Vamos dentro así te acuestas, ya es muy tarde.-
-He dormido todo el día...- sus labios se abultaron en un puchero y Yeonjun casi muere de ternura.
-Eso no importa, necesitas descansar más.-
Ambos se dirigieron hacia el interior del cuarto, dejando al menor en la cama y siendo acurrucado en sus sábanas. Yeonjun lo miró con una sonrisa, mientras que el otro ya tenía sus ojos cerrados ya casi dormido.
Fue a buscar un paño frío para colocar en su frente, con la esperanza de que eso le bajara la fiebre. Era tan preocupante verlo así, sin energías. Él sabía que su joven compañero estaba agotado por culpa de tanto trabajo, también sabía que no estuvo durmiendo bien durante días y probablemente eso le bajó las defensas considerablemente.
Una vez ya listo, el Choi mayor se sentó a un lado en la orilla de la cama. Sus dedos acariciaban el cabello del pequeño enfermo que yacía dormido. Su corazón se sentía tan cálido cada vez que lo veía, tan correcto.
Lo quería demasiado. Pero era tan complicado.
-Sin tan solo supieras todo lo que siento... ¿Te quedarías a mi lado?-
Fueron aquellas palabras, que salieron en un tono triste las últimas que oyó Beomgyu antes de dormirse realmente.
ESTÁS LEYENDO
No es mi tipo (YeonGyu)
Novela JuvenilChoi Beomgyu no dejaba de hacerse la cabeza después de ese live. Choi Yeonjun aún no entendía cómo ni porqué dijo todo eso durante el directo con sus fans. +Basado en el clip de Yeonjun diciendo que Beomgyu estaba bien, pero no era su tipo. +Actuali...