Chastity (Saga x Aioros)

92 2 1
                                    

Au moderno y con mención a personajes de la Saga de libros, Percy Jackson.

Adfvertencia: Mención de drogas, juegos dom-sub, sutil ilustración de sexo a los trece años, un menor de edad a comiéndose a besos a un mayor de edad, actos no consensuados y un muy ukeado Aioros.

.

Aioros iba a matar a Clarisse.

La ahorcaría hasta matarla y luego la reviviría para volverla a matar.

La muy perra lo había drogado con somníferos y le había puesto un cinturón de castidad. Lo había vestido y metido en su auto y lo trajo hasta una discoteca nueva que había abierto recientemente.

-¡¿Cuál es la puta idea?!-gruño sintiendo como el consolador de bolas chinas presionaba su próstata a cada paso, pero el cinturón no lo dejaba erectarse correctamente.

Clarisse le miro aburrida desde su lado del sofá, con Chris, su muy borracho y sumiso novio sentado en sus piernas. Parecía una gánster sentada así. Con Aioros, Leo, Piper, su jefe Jason y Dakota como sus putas, muy cachondas y alcoholizadas alrededor.

-Es para que no saques a pasear a la puta que llevas dentro, Aio. Hoy es un día de celebración y lo último que quiero es que se desaparezcan y me toque ir a buscarlos en un motel de mala muerte, otra vez.- gruño, acariciando los cabellos de un adormilado Jason que se restregaba completamente ebrio contra su pierna derecha.,

-¡Ese ni siquiera fui yo!- se quejo, Clarisse le miro fastidiada y presiono un pequeño botón que hizo que las bolas chinas clavadas en su muy sensible culo, vibraran con locura, chocando y frotando su abusada próstata, llevándolo a un orgasmo seco e insatisfactorio.-¡¿Y porque demonios soy el único, ah, ah, mierda apago!- jadeo lloroso, dejándose caer contra el brazo del mueble. Su cuerpo estaba sudado y jadeaba en busca de aire, sentía sus mejillas rojas y estaba seguro que daba una imagen libertina.

-Lo siento por las bolas en tu culo de prostituta.- se disculpo ausente, metiendo su mano bajo la camisa de su novio.- Era el único que quedaba en la tienda nene.-

Aioros bufo y trato de contener las ganas de suplicarle a Clarisse misericordia y que lo liberara de su tortura. Esa mujer era una sádica de lo peor. Era su culpa que él se volviera un adicto a los juguetes y al trato rudo. No debió aceptar ese saludo en sus tiernos e inocentes trece años. La perra lo llevó a un mundo oscuro y morboso del que no quería salir, no debió dejarla arrinconarlo y morderle el cuello. Debió hacerle caso a sus profesores y mantenerse alejado de la punk recién salida d el a correccional.

Apiadándose de él, Clarisse apago el consolador y empezó a besar de forma dominante y sensual a su novio. Aioros gruño hastiado y se levanto con dificultad, viendo que Leo estaba desaparecido. Salió de la pequeña (Y nada privada, en serio Clarisse) cabina y se dirigió al baño, dando tumbos por el alcohol y las drogas en su sistema. 

Antes de llegar al baño, vio a Leo siendo llevado casi que a la fuerza al baño por un chico que a  Aioros le sonaba enormemente a Regulus, su primo que estaba en preparatoria y NO tenía edad, ni manera de estar aquí. A diferencia de él, Regulus tenía un sano circulo social.

Entro al baño y lo primero que vio fue a dos tipos cogiendo salvajemente en el lavabo, de haber estado más sobrio se habría espantado (Algo), pero estaba lo suficientemente borracho como para ignorarlo y ver si podía encontrar el cubículo donde habían arrastrado a su compañero de trabajo. Al final le dio pereza buscarlo, así que simplemente se dispuso a meterse al cubículo a orinar.

Solo que no contó con que alguien le tapara la boca y lo metieran a la fuerza a uno de los cubículos.  

Lo empotraron contra una de las delgadas paredes del cubiculo y se pegaron contra su cuerpo.

-Bueno, bueno, ¿Qué tenemos aquí? Un sabroso bombón que me quiero comer- susurro en su oreja una voz grave y rasposa que le hizo jadear sin proponérselo. Esa voz era pecado en carne. Le hacía estremecer y sentía que su vientre se tensaba de solo escucharlo.- Dime lindura, ¿tu Dom no te da lo que necesitas que necesitas un consolador en tu culo?-

-¿Qué? ¿Como lo supiste?- jadeo apenas el extraño de sexy voz le quito la mano de la boca.

-Tu forma de caminar te delata- susurro con picardía. Aioros juro que mataría a Clarisse apenas lograra quitarse a este tipo de encima. 

-¡Quítate de encima! ¡Qué yo no vine a coger, maldita sea!- gruño removiéndose cual pez fuera del agua. Pero no conto que el movimiento lo hiciera frotarse de manera insistente las bolas en su culo, que masajeaban su próstata en cada movimiento, aquello  menguo su lucha y lo dejo jadeando y sudando.

-¿En serio? Qué lastima- se burlo aquel hombre, pasando sus mano errantes por todo su pecho y lamiendo y chupando con hambre su cuello.- No lo parece-

-Te matare maldito, eso lo juro-

-¿Porque? Si puedo darte la mejor noche de tu vida-

-Para eso tendrías que robarle a la perra loca de mi amiga las llaves de mi cinturón de castidad- sintiéndose atrevido, empujo sus caderas hacia atrás y restregó sus nalgas contra el erecto pene del contrario.- Y dudo que puedas hacerle, cariño.- dio una ultima restregada antes de darle un poderoso empujón y sacárselo de encima.

Abrió la puerta y se negó a verlo siquiera. Podía vivir sabiendo que la desquiciada gánster de su mejor amiga le negó un buen polvo por sádica.

-¡Bonito culo baby!-

La noche termino con él separando a un borracho Regulus del culo desvirgado del supuesto hetero de Leo y dejando al mocoso dormir en su apartamento y Clarisse quitándole el cinturón con sorna.

Días después estaba entrando a la sala de juntas para reunirse con el nuevo inversionista de la empresa conjunta que su grupo de amigos y él crearon. Él junto con Will Solace se encargaba del área de salud. 

-Bueno, mira lo que me trajo el viento- susurro aquella voz otra vez en su oído.- Si no es el bombón de la otra noche-

Con cuidado y maldiciendo en todos los idiomas posibles a Clarisse, se volteo y vio al hombre más sexy y hermoso que había visto jamás. Largo cabello azul, lujuriosos ojos verdes y una sonrisa que prometía placer.

-Te maldigo mil veces, perra- lloro buscando hacer espacio entre él y su nuevo depredador.

-¿Tienes tu cinturón? Porque te jur que conseguiré la forma de follarte, baby-

Aioros salió con las piernas temblando de la sala de juntas y deseos de asesinato.

.

Ufff, aui vamos!!!




Jannuarink de Bottom Aioros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora